El poder de las palabras
con toda su alma. Un día, Lucas llegó al colegio y se encontró con una sorpresa. Doña Maider no estaba en clase, ¡había faltado! Lucas sintió una alegría inmensa y pensó que ese día sería el mejor de todos.
Pero para su desgracia, la profesora había dejado una tarea muy especial: cada alumno debía leer un cuento en voz alta frente a toda la clase. Lucas se puso nervioso.
No le gustaba leer en público y mucho menos delante de sus compañeros. Intentó buscar alguna excusa para no hacerlo, pero los demás alumnos ya estaban preparando sus libros y esperando ansiosos su turno. Así que decidió enfrentar su miedo y tomarlo como un desafío personal.
Cuando llegó el turno de Lucas, tomó el libro con manos temblorosas y comenzó a leer. Al principio se trababa un poco, pero luego fue agarrando confianza y empezó a disfrutar de la historia que estaba contando.
Sus compañeros escuchaban atentamente y algunos incluso lo felicitaban por su buena pronunciación. Al terminar de leer, Lucas sintió una gran satisfacción personal.
Había superado su miedo a hablar en público y había descubierto lo divertido que podía ser contar historias. Desde ese día, comenzó a interesarse más por los libros y la lectura. Pero eso no fue todo, porque al día siguiente cuando llegó al colegio nuevamente notó algo extraño: Doña Maider seguía sin aparecer por clase.
En su lugar había un maestro nuevo llamado Don Ignacio, quien resultó ser muy simpático y amigable con los alumnos. Don Ignacio tenía una forma diferente de enseñar, utilizaba juegos y actividades divertidas para aprender.
Lucas se dio cuenta de que aprender podía ser entretenido y emocionante. Además, Don Ignacio también le contó a la clase que estaba organizando un concurso de cuentos cortos, donde los alumnos debían escribir su propia historia. Lucas se emocionó muchísimo.
Ya no solo disfrutaba leyendo, sino que ahora tendría la oportunidad de poner en práctica su creatividad y contar sus propias historias. Pasó horas y horas escribiendo, imaginando personajes fantásticos y aventuras increíbles.
Llegó el día del concurso y Lucas presentó su cuento titulado "El valiente caballero". Todos quedaron maravillados con su relato lleno de emoción y valentía. El jurado decidió otorgarle el primer premio por su originalidad y capacidad narrativa.
A partir de ese momento, Lucas descubrió que tenía un talento especial para la escritura. Comenzó a crear historias cada vez más interesantes e incluso llegó a publicar algunos libros infantiles. Doña Maider finalmente regresó al colegio, pero ya no era tan pesada como antes.
Había aprendido una lección muy importante: cada niño tiene habilidades únicas que deben ser valoradas y estimuladas. A partir de ese momento, Doña Maider se convirtió en una gran motivadora para todos sus estudiantes.
Y así fue como Lucas pasó de odiar la lectura a convertirse en un apasionado escritor. Aprendió que enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a descubrir nuestras verdaderas pasiones y talentos ocultos.
Desde entonces, Lucas supo que cada día era una nueva oportunidad para aprender y crecer, y nunca más volvió a ver el colegio como un "rollo patatero".
FIN.