El poder de los deseos



Azul era una niña muy creativa y soñadora que vivía en una casita pintada de colores brillantes en el centro del pueblo.

Todos los días, después de la escuela, se sentaba en su pequeño escritorio con vista al jardín y se sumergía en sus dibujos. Un día soleado, mientras Azul estaba dibujando un bosque encantado lleno de hadas y duendes, escuchó a alguien tocar la puerta. Era su abuelita Lola, una mujer llena de sabiduría y ternura.

"Hola mi niña, ¿qué estás creando hoy?" -preguntó Lola con una sonrisa. "¡Hola abuelita! Estoy haciendo un nuevo cuento mágico. ¡Mira!" -respondió Azul emocionada mostrándole su dibujo.

Lola observó maravillada el talento de su nieta y le dijo: "Azul, tus historias son tan especiales que podrían cobrar vida si realmente creyeras en ellas". Azul quedó pensativa por un momento y decidió probar las palabras de su abuelita.

Cerró los ojos fuertemente e hizo un deseo con todo su corazón: que sus dibujos se convirtieran en realidad. Al abrir los ojos, Azul no podía creer lo que veía.

El bosque encantado que había dibujado estaba justo frente a ella, con árboles altísimos, flores brillantes y criaturas mágicas correteando por doquier. "¡Abuelita! ¡Funcionó! Mis personajes cobraron vida gracias a mi deseo" -exclamó Azul emocionada.

Lola sonrió orgullosa y le dijo: "Recuerda siempre, querida Azul, que tus sueños tienen el poder de hacerse realidad si les pones amor y dedicación". Desde ese día, Azul compartió sus increíbles aventuras con sus amigos del pueblo. Juntos exploraban el bosque encantado creado por ella, aprendiendo valiosas lecciones sobre amistad, valentía y creatividad.

Sin embargo, un día oscuro y nublado llegó al pueblo un malvado hechicero que intentaba robar la magia del bosque para sí mismo. Con sus poderes oscuros, comenzó a convertir todo lo hermoso en sombras tenebrosas.

Azul sintió miedo por primera vez al ver cómo su mundo de fantasía se desvanecía ante sus ojos. Pero recordando las palabras de su abuelita Lola, decidió enfrentar al hechicero para proteger todo aquello que amaba.

Con valentía y determinación, Azul enfrentó al hechicero usando la fuerza más poderosa que conocía: la imaginación. Creó un ejército de seres luminosos formados por luces coloridas que iluminaron cada rincón del bosque devolviéndole toda su magia perdida.

El hechicero fue vencido por la pureza e inocencia de los niños del pueblo guiados por Azul. A partir de ese momento entendió el verdadero significado del arte: no solo crear belleza visual sino también transmitir valores profundos como el amor incondicional hacia todos los seres vivos.

Y así fue como Azul se convirtió en la heroína del pueblo gracias a su coraje y bondad infinita reflejados en cada trazo colorido plasmado en papel.

FIN.

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