El Poder de los Pequeños



Había una vez un grupo de amigos llamados Martina, Juanito y Sofía que vivían en un pequeño pueblo llamado Alegría. Estos tres niños siempre se divertían juntos, pero un día algo extraño sucedió.

Martina notó que algunos niños de su escuela no tenían suficiente comida para comer todos los días. Esto la entristeció mucho, ya que sabía lo importante que era tener una alimentación adecuada para crecer fuertes y sanos.

Decidió hablar con sus amigos sobre esto mientras jugaban en el parque. "Chicos, he notado que algunos de nuestros compañeros no tienen suficiente comida. ¿No les parece injusto?"- dijo Martina preocupada. Juanito y Sofía asintieron con tristeza.

"Sí, es muy triste ver a otros niños pasar hambre"- dijo Juanito. "Creo que debemos hacer algo al respecto"- agregó Sofía. Los tres amigos decidieron organizar una campaña para recolectar alimentos para aquellos niños necesitados.

Hablaron con sus padres y vecinos del pueblo quienes se mostraron felices de ayudar en esta noble causa. Pusieron carteles por todo el pueblo invitando a la gente a donar alimentos no perecederos. Pronto muchas personas comenzaron a llevar bolsas llenas de arroz, fideos, latas de conservas y otros productos básicos.

Martina, Juanito y Sofía estaban emocionados por la respuesta positiva del pueblo. "¡Lo estamos logrando! Juntos podemos marcar la diferencia"- exclamó Martina con alegría.

Con todas las donaciones recibidas, los tres amigos comenzaron a preparar cajas llenas de alimentos para distribuir en la escuela. Cada caja llevaba una nota de aliento y esperanza. Al día siguiente, los niños repartieron las cajas a sus compañeros que más lo necesitaban. Las sonrisas y abrazos de agradecimiento llenaron el lugar.

"¡Gracias por pensar en nosotros! Ahora tendremos comida suficiente"- decía un niño emocionado. Martina, Juanito y Sofía se dieron cuenta de que su pequeña acción había hecho una gran diferencia en la vida de aquellos niños.

Pero también sabían que había otros derechos que debían defender. Decidieron investigar sobre el derecho a la identidad y descubrieron que algunos niños no tenían acceso a sus documentos personales como DNI o partida de nacimiento.

Esto les pareció muy injusto y decidieron ayudar nuevamente. Organizaron una jornada para ayudar a los padres a registrar a sus hijos correctamente. Trabajaron junto con profesionales del Registro Civil quienes brindaron asesoramiento gratuito para realizar los trámites necesarios.

Además, Martina, Juanito y Sofía crearon un espacio llamado "El Rincón del Juego" donde todos los niños podían disfrutar libremente sin importar su situación económica o social. Allí aprendieron sobre el derecho al juego y la importancia del buen trato entre ellos.

Los tres amigos también promovieron talleres educativos sobre alimentación saludable, cuidados básicos de higiene y valores humanos en su escuela.

Con el tiempo, Alegría se convirtió en un pueblo modelo donde todos los derechos de los niños eran respetados gracias al esfuerzo constante de Martina, Juanito y Sofía. Esta historia nos enseña que, aunque seamos niños, tenemos el poder de hacer grandes cambios en nuestra comunidad. Todos los derechos de los niños son importantes y debemos luchar para que sean respetados.

Juntos podemos crear un mundo donde todos los niños tengan una infancia feliz y plena.

FIN.

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