El poder de Petra



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, un niño llamado Mateo.

Mateo era un niño curioso y aventurero, le encantaba explorar los bosques cercanos a su casa y descubrir nuevos secretos que la naturaleza guardaba. Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una piedra brillante y colorida que parecía tener vida propia. La piedra hablaba con una voz suave y amigable, sorprendiendo a Mateo.

"-¡Hola! Soy Petra, la piedra mágica del bosque -dijo la piedra con entusiasmo-. ¡Qué alegría verte por aquí!"Mateo no podía creer lo que estaba viendo y escuchando. Sin embargo, en lugar de asustarse, sintió una extraña conexión con Petra.

Desde ese día, Mateo visitaba a Petra todos los días después de la escuela. Petra se convirtió en la confidente de Mateo, siempre dispuesta a escuchar sus preocupaciones y alegrías.

Le enseñó el valor de la paciencia y la importancia de apreciar las cosas simples de la vida. Un día, cuando Mateo llegó al bosque para ver a Petra, notó que algo estaba mal. Petra no brillaba como siempre lo hacía; parecía triste y opaca.

"-¿Qué te pasa, Petra? -preguntó Mateo preocupado-. ¿Puedo ayudarte en algo?""-Oh, querido Mateo -respondió Petra con tristeza-, siento que he perdido mi magia. Ya no puedo brillar como antes.

"Mateo reflexionó por un momento y recordó algo importante que su abuela solía decirle: "La verdadera magia está dentro de nosotros mismos". Con determinación en sus ojos, Mateo tomó a Petra entre sus manos y cerró los ojos con fuerza. Concentró todo su amor y energía positiva en ella.

Al abrir los ojos, vio maravillado cómo Petra comenzaba a brillar más intensamente que nunca. "-¡Lo logramos! -exclamó emocionado Mateo-.

¡Tu verdadera magia es tu capacidad para iluminar mi vida con tu presencia!"A partir de ese día, Mateo entendió que la verdadera magia reside en las conexiones especiales que creamos con aquellos que nos rodean.

Y aunque nunca más volvió a ver a Petra brillar físicamente como aquella vez en el bosque, sabía que su luz interior nunca se apagaría. Y así continuaron siendo amigos inseparables: un niño especial y una piedra mágica llena de sabiduría y amor.

FIN.

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