El Poder del Orden de Juanito


Juanito era un niño muy ordenado. Desde pequeño, su mamá le había enseñado la importancia de mantener las cosas en su lugar y él había aprendido muy bien esa lección.

Por eso, siempre guardaba sus juguetes después de jugar con ellos y mantenía su habitación impecablemente limpia. Un día, mientras jugaba con sus bloques de construcción, Juanito notó que su hermanito menor, Tomás, estaba tirando todos sus juguetes por el piso sin preocuparse por guardarlos después.

Juanito se acercó a él y le dijo:"Tomás, ¿por qué no guardas tus juguetes cuando terminas de jugar? Así tu habitación se verá mucho más bonita.

"Tomás lo miró con los ojos abiertos sorprendido por el consejo de su hermano mayor y respondió:"No sé cómo hacerlo. "Juanito sonrió y tomó a Tomás de la mano llevándolo hacia su habitación para enseñarle como debía hacerlo.

"Mira Tomás", dijo Juanito mostrándole cómo reagarrar cada uno de los juguetes y colocarlos en su lugar correspondiente. "Así es como yo hago para mantener mi habitación limpia y ordenada". Tomás lo observó atentamente e intentó imitar a Juanito mientras éste lo guiaba pacientemente.

A partir de ese momento, Tomás comenzó a guardar sus propios juguetes al terminar de jugar sin que nadie tenga que recordárselo. Y poco a poco fue aprendiendo la importancia del orden y la organización.

Pero un día llegaron visitas inesperadas: los primos del campo venían a pasar unos días en casa de Juanito y Tomás. La mamá de los niños les pidió a los hermanos que limpiaran la habitación para que sus primos pudieran dormir allí.

Juanito y Tomás se pusieron manos a la obra, pero cuando terminaron, se dieron cuenta de que no había suficiente espacio en la habitación para las camas de sus primos.

Fue entonces cuando Juanito tuvo una idea brillante:"Tomás, ¿por qué no cambiamos los juguetes de lugar para hacer más espacio?"Tomás lo miró con sorpresa y luego sonrió asintiendo con la cabeza. Los dos hermanos comenzaron a mover muebles y juguetes hasta conseguir el espacio suficiente para las camas de sus primos.

Y cuando terminaron, su mamá entró en la habitación sorprendida por lo bien organizada que estaba. "¡Qué prolijidad! ¡Esto parece un cuartel!", exclamó admirada. Juanito y Tomás sonrieron orgullosamente sabiendo que habían hecho un buen trabajo juntos gracias al hábito del orden que habían aprendido desde pequeños.

A partir de ese día, todos los niños disfrutaron mucho su estadía en casa de Juanito y Tomás porque podían jugar sin tener que preocuparse por tropezar con algún juguete tirado por ahí.

Y así fue como Juanito enseñó a su hermano menor el valor del orden y cómo juntos lograron aplicarlo en situaciones diferentes haciendo todo más fácil.

Dirección del Cuentito copiada!