El Poder del Trabajo en Equipo
Había una vez en la selva un trío de amigos muy peculiares: La Rana, La Iguana y El Sapo. A pesar de sus diferencias, eran inseparables y siempre estaban juntos explorando el bosque y buscando aventuras.
Un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un árbol muy alto con deliciosas frutas en lo más alto. La Rana, que era la más ágil de los tres, propuso subir a buscar las frutas.
"-Yo puedo trepar sin problemas, déjenme hacerlo", dijo emocionada. La Iguana, que era la más sabia del grupo, dudó un poco. "-No sé si es seguro, tal vez deberíamos buscar otra forma de obtener las frutas", sugirió con cautela.
El Sapo, siempre optimista y valiente, animó a La Rana a intentarlo. "-¡Tú puedes lograrlo! Confiamos en ti", exclamó con entusiasmo. Así que La Rana comenzó a trepar el árbol con habilidad y determinación.
Sin embargo, al llegar a la mitad del camino, resbaló y estuvo a punto de caer. La Iguana y El Sapo se asustaron muchísimo y gritaron pidiendo ayuda. "-¡Rápido! ¡Agarra esa rama!", gritaba El Sapo angustiado.
La Iguana pensó rápidamente y extendió su larga cola hacia La Rana para ayudarla a sostenerse. Con esfuerzo y trabajo en equipo lograron estabilizarla hasta que pudo recuperarse y continuar subiendo hasta alcanzar las jugosas frutas.
Al final del día, disfrutaron juntos de las frutas bajo la sombra del árbol. Estaban felices por haber superado el desafío juntos y aprendieron una importante lección: la importancia de confiar en los demás y trabajar en equipo para superar cualquier obstáculo que se les presente en el camino.
Desde ese día, La Rana, La Iguana Y El Sapo se volvieron aún más unidos y continuaron viviendo grandes aventuras juntos en la selva, recordando siempre que juntos podían lograr cualquier cosa que se propusieran.
FIN.