El pollito perdido



Había una vez en una granja al sur de Argentina, un pequeño pollito que se había separado de su mamá. El pollito estaba asustado y no sabía qué hacer, así que decidió emprender una búsqueda para encontrarla.

En su camino, se encontró con diferentes animales de la granja, cada uno de los cuales lo ayudó de una manera especial. Primero, se topó con una vaca que le dijo: "¿Qué te pasa, pollito?" -preguntó la vaca con voz dulce."Estoy perdido y busco a mi mamá", respondió el pollito con tristeza. La vaca lo animó diciendo: "Tranquilo, pequeño, yo te ayudaré. Ve hacia el granero, tal vez tu mamá esté por allí". Agradecido, el pollito se dirigió hacia el granero.

En el granero, se encontró con un simpático cerdito que le preguntó: "¿Qué andás haciendo por aquí, pollito?" -dijo el cerdito con curiosidad.- El pollito le contó su situación, y el cerdito le sugirió: "Puedo ayudarte, conozco bien esta granja.

Ve hacia el campo, tal vez allí encuentres pistas sobre tu mamá". Con ánimo renovado, el pollito se encaminó hacia el campo.

En el campo, se encontró con una oveja muy amable que le dijo: "¿Qué te trae por aquí, pequeño pollito?" -preguntó la oveja con cariño.- El pollito, entre sollozos, le contó a la oveja sobre su mamá perdida. La oveja le dijo: "Tranquilo, no llores. Ve hacia el río, tal vez allí encuentres lo que buscas".

Con esperanza, el pollito se dirigió hacia el río. Finalmente, en el río, se encontró con un pato que, al ver al pollito triste, le dijo: "¿Qué te sucede, pequeño?" -preguntó el pato con preocupación.-

El pollito le contó su historia, y el pato le dijo: "No te preocupes, conozco a tu mamá. Sígueme". El pato llevó al pollito de regreso a la granja, donde finalmente se reencontró con su mamá. La mamá gallina, emocionada y aliviada, abrazó a su pequeño pollito.

Desde ese día, el pollito aprendió la importancia de pedir ayuda y de la solidaridad entre los animales de la granja. Juntos, habían superado todos los desafíos. El pollito nunca olvidaría la valiosa lección que había aprendido.

Y así, vivieron felices en la granja, compartiendo amor y amistad.

FIN.

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