El pollito rosa y la mariposa en apuros
Había una vez un pollito diferente a todos los demás. Era de color rosa y sus hermanos lo miraban extrañados. Pero él no se dejaba amedrentar por las burlas y seguía adelante con su vida.
Un día, mientras jugaba en el campo, vio a una mariposa que estaba atrapada en una telaraña. El pollito rosado corrió rápidamente para ayudarla.
- ¡No te preocupes, voy a sacarte de ahí! - dijo el pollito mientras picoteaba la telaraña hasta que la mariposa logró liberarse. La mariposa estaba muy agradecida y le preguntó al pollito cómo podía recompensarlo por su valentía. - No necesito ninguna recompensa - respondió el pollito sonriendo -. Solo me alegra haber podido ayudarte.
Desde ese día, la mariposa y el pollito se hicieron amigos inseparables. Juntos exploraban el campo y descubrían cosas nuevas cada día. Un día, mientras estaban jugando cerca del río, escucharon un fuerte ruido proveniente del otro lado del agua.
Decidieron ir a investigar qué era lo que estaba pasando. Cuando llegaron al otro lado del río, encontraron a un grupo de animales que estaban luchando entre ellos por comida y territorio.
El pollito rosado decidió intervenir para intentar calmarlos. - ¡Alto! ¿Por qué pelean? - preguntó el pollito tratando de entender la situación. Los animales explicaron que había poca comida disponible en esa zona y todos querían tener acceso a ella para sobrevivir.
Entonces, el pollito tuvo una idea. - ¿Qué tal si nos organizamos y trabajamos juntos para conseguir más comida? - propuso el pollito. Los animales aceptaron la propuesta y comenzaron a trabajar en equipo.
El pollito rosado ayudaba a recolectar semillas, la mariposa volaba por encima del campo para buscar frutas y los demás animales se encargaban de cazar insectos. Poco a poco, lograron acumular suficiente comida para todos y ya no había necesidad de luchar entre ellos.
Los animales aprendieron que juntos podían conseguir mucho más que peleando por separado. El pollito rosado se convirtió en un héroe para todos los animales del campo. Su valentía, amistad y trabajo en equipo habían cambiado las cosas para siempre.
Desde ese día, el pollito rosado supo que era especial no por su color sino por su corazón bondadoso y su capacidad de hacer la diferencia cuando lo necesitaban.
FIN.