El Pollito Valiente
Érase una vez en una granja muy colorida, un pequeño pollito llamado Pepe. Pepe tenía un plumón amarillo brillante y un gran espíritu. Sin embargo, había un problema: los granjeros estaban planeando un gran almuerzo donde la estrella principal sería el pollito. Pepe no quería aceptar su destino, así que decidió que tenía que hacer algo al respecto.
Una mañana, mientras los granjeros discutían sobre el menú, Pepe reunió a todos los animalitos de la granja. "¡Amigos! ¡Necesito su ayuda!" - exclamó Pepe. "He escuchado que los granjeros quieren hacerme parte de su almuerzo. ¡No puedo dejar que eso suceda!"
Las vacas Mirta y Pepito lo miraron con sorpresa. "Pero, Pepe, ¿cómo podemos ayudarte?" - preguntó Mirta. "¡Juntos podemos pensar en un plan!" - respondió Pepe.
Los animales comenzaron a sugerir ideas locas. El gallo Ramón propuso hacer ruido para asustar a los granjeros. "¡Y si hacemos un gran espectáculo! ¡Ellos se olvidarán de ti!" - exclamó Ramón. Las ovejas comenzaron a saltar, mientras los patos se unieron al ruido, formando un coro que llenaba el aire. Pepe sabía que no sería suficiente, así que ojos en blanco, se puso a pensar en un plan más elaborado.
Pasaron los días y, tras muchas reuniones, Pepe propuso un ingenioso plan: hacer que la granja pareciera mágica. Así, un día, mientras los granjeros limpiaban, comenzó la verdadera diversión. "¡Es hora de poner en marcha nuestro plan!" - anunció Pepe.
Los animales comenzaron a decorar la granja. Las vacas, con ayuda de las cabras, crearon un camino de flores. Los patos, al ver lo que sucedía, comenzaron a hacer piruetas y, al mismo tiempo, cantaron. Las ovejas se pusieron cintas de colores en sus cabezas y bailaron en un círculo. La granja se convirtió en un lugar de alegría y magia.
Cuando los granjeros salieron a ver qué estaba pasando, fueron recibidos por un espectáculo impresionante. "¡Mirá eso! ¡¿Qué es? ! - exclamó el granjero Juan, asombrado. El granjero Carlos, divertido, sonrió y dijo: "¡Esto está loco, pero me gusta!" Los granjeros comenzaron a reír y aplaudir, olvidando completamente su plan de hacer de Pepe el platillo principal.
Pepe, muy feliz, se acercó a los granjeros. "¿Vieron lo divertido que es vivir en armonía?" - preguntó. "Sí, es increíble lo que pueden lograr todos juntos, ¡no me lo había imaginado!" - respondió Carlos. Los granjeros se dieron cuenta de que la verdadera alegría de la granja estaba en la unión y no en la comida.
Días después, Pepe fue nombrado el Guardián de la Granja. "Ahora soy el pollito más feliz del mundo porque tengo amigos que me apoyan. ¡Y juntos somos fuertes!" - anunció Pepe mientras todos celebraban.
Desde ese día, los granjeros aprendieron a cuidar de sus animales y a valorar la vida en la granja. Todos vivieron felices, y Pepe nunca olvidó que con valentía y unión, cualquier desafío podía enfrentarse. Y así, en la granja, la magia de la amistad brilló más que nunca, convirtiendo un simple pollito en un héroe.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.