El pollito valiente y la sombra misteriosa



Había una vez un pollito que vivía feliz junto a su mamá gallina en un tranquilo gallinero. Su nombre era Pío, un pequeño con plumas amarillas que siempre estaba curioso por el mundo que lo rodeaba. Sin embargo, cada vez que llovía y había tormenta, el pollito veía una sombra misteriosa afuera de su hogar, lo que le causaba miedo.

Una tarde nublada, mientras la lluvia caía a raudales, Pío asomó su cabecita por la ventana del gallinero. —¿Quién será esa sombra? —se preguntó, observando una silueta oscura que danzaba entre los árboles.

—No te preocupes, Pío —dijo su mamá gallina, que estaba ocupada acomodando su nido—. Eso es solo el viento. Las sombras pueden parecer aterradoras, pero a veces solo son ilusiones.

Pero a Pío no le convencía. Con cada tormenta se llenaba de inquietud, así que un día decidió enfrentarse a su miedo. Tras una fuerte tempestad, cuando la lluvia finalmente cesó, Pío se armó de valor y salió del gallinero.

Al principio, fue un poco difícil. El suelo estaba cubierto de charcos y el cielo aún estaba nublado, pero Pío se sintió valiente y decidido. —Voy a descubrir qué hay detrás de esa sombra —se dijo a sí mismo.

De repente, en el borde del bosque, la sombra se movió de nuevo. Pío se acercó con cautela. Cuando llegó, se dio cuenta de que no era un monstruo ni una criatura aterradora, sino un pequeño gato gris que parecía tan asustado como él.

—Hola —dijo el pollito con voz temblorosa—. ¿Quién sos?

—Soy Tobi, un gato que también tiene miedo de las tormentas —respondió el felino—. Me escondo aquí cuando llueve, pero no quería asustarte.

Pío se sintió aliviado y comprendió que, a veces, los miedos en nuestras cabezas pueden ser solo un malentendido.

—Yo también tengo miedo de la tormenta y de esa sombra —dijo Pío—. Pero creo que podemos ser amigos y enfrentar esto juntos.

—¡Sí! —exclamó Tobi—. Tal vez podríamos explorar el bosque y ver qué hay más allá.

Los dos amigos comenzaron a dar vueltas entre los árboles, descubriendo colores y sonidos que nunca antes habían visto. Desde mariposas danzantes hasta flores que brillaban bajo la lluvia, ambos se llenaron de felicidad y coraje.

Cuando la noche se acercaba, Tobi le preguntó a Pío: —¿Sabés? Creo que lo que me asustaba no era la tormenta ni la sombra. Era la soledad.

—¡A mí también! —respondió Pío—. Ahora sé que enfrentar nuestros miedos es más fácil cuando tenemos a alguien con quien compartirlo.

Así, cada vez que llovía y había tormenta, Pío y Tobi se encontraban en el bosque, listos para enfrentar sus miedos juntos. A lo largo del tiempo, se hicieron amigos inseparables y aprendieron que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de seguir adelante a pesar de él.

Y así, en cada tormenta, en lugar de asustarse con la sombra misteriosa, Pío y Tobi esperaban juntos la lluvia con una sonrisa, sabiendo que no están solos.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!