El pollo dorado y la niña curiosa


Había una vez en un pequeño pueblo de China, una astuta y curiosa niña llamada Mei Li. A Mei Li le encantaba explorar el mundo que la rodeaba y aprender cosas nuevas cada día.

Un soleado día de primavera, mientras paseaba por el mercado del pueblo, Mei Li se detuvo frente a una jaula llena de hermosos pollos. Uno de ellos llamó su atención en particular: era un pollo dorado con plumas brillantes y ojos chispeantes.

Mei Li se acercó lentamente a la jaula para observarlo más de cerca. El pollo parecía mirarla fijamente, como si quisiera contarle algo.

Sin pensarlo dos veces, Mei Li decidió llevarse al pollo a casa para cuidarlo y darle mucho amor. Cuando llegaron a casa, Mei Li colocó al pollo en un cómodo corral en el patio trasero. El pollo estaba feliz por tener un nuevo hogar y comenzó a cacarear con alegría.

Pero lo que ninguno de los dos sabía era que la familia del pollo había estado observando desde lejos. Al anochecer, cuando todo estaba tranquilo en el pueblo, las gallinas y los gallos hicieron un plan secreto para rescatar al pollo dorado.

Se reunieron todos juntos en silencio fuera del corral de Mei Li.

De repente, uno valiente gallo dio un paso adelante y dijo: "-¡Tenemos que salvar a nuestro querido pariente! ¡Vamos todos!"Con determinación en sus ojos emplumados, las gallinas y los gallos entraron sigilosamente al patio trasero de Mei Li sin despertarla. Mientras tanto, Mei Li estaba profundamente dormida en su cama.

Cuando los pollos llegaron al corral, se enfrentaron al pollo dorado y le dijeron: "-¿Realmente quieres quedarte aquí con esta niña? ¿No extrañas nuestros campos abiertos y nuestras aventuras juntos?"El pollo dorado pensó por un momento y luego respondió: "-Es cierto que extraño la libertad de mi hogar anterior, pero también me gusta el amor y cuidado que Mei Li me brinda.

Creo que puedo encontrar un equilibrio entre ambos mundos". Las gallinas y los gallos se miraron unos a otros sorprendidos por la respuesta del pollo dorado.

Comenzaron a darse cuenta de que quizás habían juzgado demasiado rápido a Mei Li y sus intenciones. Decidieron regresar sigilosamente a su hogar sin despertar a Mei Li, dejando atrás al pollo dorado en paz junto a ella.

A la mañana siguiente, cuando Mei Li despertó temprano para alimentar al pollo dorado, notó algo diferente en el corral. Miró hacia afuera y vio cómo las gallinas y los gallos volvían lentamente al campo. Mei Li sonrió con ternura mientras acariciaba al pollo dorado.

A partir de ese día, ellos dos aprendieron mucho juntos: cómo respetarse mutuamente y entender las diferentes formas de vida. La historia de Mei Li y el pollo dorado se convirtió en una leyenda en el pueblo chino.

Enseñaba a todos que no debemos juzgar rápidamente sin conocer realmente las intenciones de los demás. Y así fue como Mei Li y el pollo dorado vivieron felices para siempre, compartiendo aventuras y aprendizajes juntos.

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