El polvo mágico



Había una vez dos amigos muy curiosos llamados Oreja y Gorcho. Siempre estaban buscando nuevas aventuras y cosas emocionantes para hacer.

Un día, mientras exploraban el bosque cerca de su casa, encontraron un misterioso frasco lleno de polvo brillante. Curiosos como siempre, decidieron investigar qué era ese polvo tan especial. Sin pensarlo dos veces, Oreja tomó un puñado y lo arrojó al aire.

En ese mismo instante, algo mágico ocurrió: el polvo se convirtió en pequeñas estrellas que comenzaron a volar alrededor de ellos. Gorcho miraba asombrado cómo las estrellas bailaban a su alrededor. "-¡Oreja! ¡Esto es increíble! ¡Somos parte de un espectáculo mágico!", exclamó emocionado.

Pero lo que no sabían era que cada estrella tenía un poder especial. Una de ellas otorgaba la habilidad de volar, otra hacía reír sin parar y otra aún podía convertir cualquier objeto en comida deliciosa. Sin embargo, también había algunas estrellas con poderes más peligrosos.

Emocionados por descubrir qué harían las estrellas con ellos, Oreja y Gorcho comenzaron a atraparlas una por una. Cada vez que lo lograban, experimentaban uno de los maravillosos poderes que tenían las estrellas.

"-¡Mira Gorcho! ¡Puedo volar!", gritó Oreja mientras flotaba en el aire como si fuera un pájaro. "-Y yo puedo convertir esta piedra en una deliciosa galleta", dijo Gorcho mientras hacía magia con sus manos.

Pero a medida que atrapaban más estrellas, comenzaron a notar que algo no estaba bien. Oreja se había vuelto tan liviano que ya no podía caminar en el suelo y Gorcho no paraba de reírse sin control. Estos poderes, aunque divertidos al principio, empezaron a ser un problema.

"-Gorcho, creo que esto se está saliendo de control", dijo Oreja preocupado mientras flotaba cada vez más alto. "-¡Tienes razón! ¡No puedo dejar de reírme! Necesitamos encontrar una solución", respondió Gorcho entre risas incontrolables.

Desesperados por volver a la normalidad, decidieron buscar al sabio del bosque para pedirle ayuda. El sabio les explicó que las estrellas eran mágicas pero también muy peligrosas si se usaban incorrectamente. Les enseñó cómo liberar los poderes y así recuperar su estado original.

Con mucha concentración y siguiendo las instrucciones del sabio, Oreja y Gorcho lograron liberarse de los efectos mágicos de las estrellas. Pero aprendieron una lección muy importante: la curiosidad es buena siempre y cuando se tenga cuidado con lo desconocido.

Desde aquel día, Oreja y Gorcho continuaron explorando el mundo en busca de aventuras emocionantes pero siempre recordando ser cautelosos con lo que encontraran en el camino.

Aprendieron a disfrutar de su amistad sin necesidad de cosas mágicas o extrañas para divertirse. Y así vivieron felices, compartiendo risas y experiencias juntos mientras exploraban nuevos lugares llenos de maravillas por descubrir. .

FIN.

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