El Portal del Bosque



Sophi y Tomás eran dos amigos muy aventureros. Siempre andaban en busca de nuevas emociones y lugares por explorar.

Un día, mientras compraban algunas golosinas en el supermercado, se encontraron con una cajera muy simpática que les habló sobre un portal a otra dimensión. -¿Un portal? -exclamó Sophi emocionada- ¿Cómo podemos encontrarlo? La cajera sonrió y les explicó que el portal estaba oculto en un bosque cercano al pueblo.

Les dio indicaciones precisas para llegar allí y los animó a seguir su instinto aventurero. Sophi y Tomás no pudieron resistirse a la idea de entrar en otra dimensión, así que partieron hacia el bosque sin perder tiempo.

Cuando llegaron, comenzaron a buscar entre los árboles siguiendo las instrucciones de la cajera del supermercado. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de ellos. Se dieron vuelta rápidamente y vieron a un monstruo enorme con garras afiladas: era Quick, el guardián del portal.

-¡No podéis pasar! -gruñó Quick con voz amenazadora. Sophi y Tomás estaban asustados pero no iban a rendirse tan fácilmente. Sabían que tenían que encontrar una forma de derrotar al monstruo si querían cruzar al otro lado del portal.

Entonces se pusieron manos a la obra para idear un plan. Después de mucho pensar, decidieron tenderle una trampa a Quick usando su propia astucia contra él. Sophi atrajo al monstruo hacia ella corriendo mientras Tomás preparaba una cuerda gigante para atraparlo.

Cuando Quick se acercó lo suficiente, Tomás lanzó la cuerda alrededor de sus patas y lo hizo tropezar. Sophi y Tomás aprovecharon la oportunidad para correr hacia el portal. Pero Quick no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.

Se levantó rápidamente y comenzó a perseguirlos con más furia que antes. -¡Rápido, Sophi! -gritó Tomás- ¡Empuja el botón del portal! Sophi buscó el botón desesperadamente mientras Quick se acercaba cada vez más.

Finalmente, lo encontró y apretó con todas sus fuerzas. De repente, todo cambió: los colores se mezclaron en una especie de torbellino y las formas empezaron a distorsionarse hasta que finalmente llegaron a una nueva dimensión.

Sophi y Tomás estaban emocionados por haber logrado su objetivo pero también agotados por la tensión vivida durante la travesía. Decidieron descansar un rato para recuperar energías antes de explorar este nuevo mundo desconocido.

Mientras descansaban, reflexionaron sobre lo aprendido en esa aventura: nunca subestimar su astucia e inteligencia para enfrentarse a cualquier obstáculo que se les presente en su camino hacia nuevas experiencias. Con esa lección aprendida, estaban listos para seguir explorando ese universo mágico lleno de sorpresas esperando ser descubiertas.

FIN.

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