El portal del tiempo



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigas llamadas Morena y Faustina. Eran inseparables y siempre estaban dispuestas a vivir aventuras juntas.

Un día, decidieron explorar un misterioso pueblo abandonado que se encontraba al otro lado del bosque. Las chicas caminaron por el espeso bosque hasta llegar a la entrada del pueblo fantasma. Estaba lleno de casas antiguas y calles cubiertas de polvo.

Las ventanas rotas y las puertas desgastadas daban una sensación de abandono. Morena y Faustina entraron con cautela en el primer edificio que vieron. Era una antigua panadería con los mostradores vacíos y restos de harina esparcidos por el suelo.

Se adentraron más en el lugar, sin embargo, se sorprendieron al ver algo inusual: había una pequeña plaza llena de niños jugando. - ¡Mira, Fausti! ¿Dónde crees que están todos estos niños? - preguntó Morena confundida. - No lo sé, Moreni.

Pero parecen muy felices aquí - respondió Faustina intrigada. Las amigas se acercaron a los niños para preguntarles qué hacían allí solos en aquel pueblo abandonado.

Los niños les contaron que habían encontrado un portal mágico en sus casas que los transportó al mundo del pasado, donde este pueblo estaba lleno de vida. -¡Eso es increíble! ¿Nos pueden llevar también? - exclamó Morena emocionada. Los niños asintieron entusiasmados y guiaron a las amigas hacia uno de los viejos edificios.

Allí, encontraron un antiguo reloj de pared que actuaba como el portal mágico. Las chicas se tomaron de las manos y saltaron a través del tiempo.

Cuando abrieron los ojos, se encontraron en la misma plaza del pueblo, pero esta vez estaba llena de gente riendo y disfrutando de la vida. Había música en cada esquina y el olor a comida deliciosa llenaba el aire.

Morena y Faustina recorrieron calles empedradas observando cómo los habitantes del pueblo trabajaban juntos para mantenerlo limpio y hermoso. Los niños les contaron historias sobre la importancia de cuidar su entorno y trabajar en equipo. Las amigas aprendieron muchas lecciones valiosas mientras exploraban este mundo mágico del pasado.

Aprendieron sobre la importancia de la amistad, la solidaridad y el valor de preservar su comunidad. También aprendieron a apreciar lo que tenían en sus propias vidas.

Después de pasar un día maravilloso con los habitantes del pueblo fantasma, Morena y Faustina sabían que era hora de regresar a su propio tiempo. Se despidieron con tristeza pero también con gratitud por haber tenido esa experiencia única. Al atravesar nuevamente el portal mágico, las chicas volvieron al presente, justo donde habían comenzado su aventura.

Ahora entendían aún más lo importante que era cuidar su propia comunidad y trabajar juntas para hacerla mejor. Desde ese día en adelante, Morena y Faustina se convirtieron en líderes comunitarias dedicadas a mejorar su pueblo real.

Inspiradas por lo que habían visto en el pueblo fantasma, organizaron limpiezas y actividades para involucrar a todos los vecinos. La historia de Morena y Faustina se convirtió en leyenda en su pequeño pueblo.

Sus esfuerzos inspiraron a otros a cuidar su entorno y trabajar juntos para crear un lugar hermoso y próspero. Y así, gracias a una aventura inesperada en un pueblo fantasma, Morena y Faustina descubrieron la importancia de la amistad, la solidaridad y el amor por su comunidad.

FIN.

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