El Portal del Tiempo



Había una vez cuatro primos muy aventureros: Juli, Luli, Emi y Valen. Un soleado día de verano decidieron ir al parque del barrio a jugar. Corrían, saltaban y se divertían sin parar.

Pero de repente, entre los árboles del parque, se abrió un misterioso portal. Sin pensarlo dos veces, los cuatro primos curiosos cruzaron el portal y se encontraron en el mismo lugar donde vivían sus padres cuando eran adolescentes.

El barrio parecía más antiguo y las calles estaban llenas de bicicletas y niños jugando afuera.

Juli miró a su alrededor con asombro y exclamó: "¡Estamos en el pasado! ¡Es como si hubiéramos viajado en el tiempo!" Todos estaban emocionados por esta inesperada aventura y decidieron explorar la ciudad mientras buscaban a sus padres adolescentes. Caminando por las calles conocidas pero diferentes, llegaron a una plaza donde había música y risas.

Se acercaron sigilosamente para descubrir que allí estaba su propia mamá adolescente junto con su grupo de amigos bailando al ritmo de la música. - ¡Miren! -susurró Luli emocionada-. ¡Es nuestra mamá! - Sí, parece estar pasándola genial -dijo Valen sonriente-. Creo que sería divertido unirnos a ellos.

Los primos no podían resistirse a la tentación y se unieron al baile junto a sus padres adolescentes. Fue una tarde llena de risas, alegría y recuerdos compartidos entre generaciones.

Después de bailar, los primos decidieron buscar a sus padres y contarles lo sucedido. Los encontraron sentados en un banco, disfrutando de la brisa del atardecer. - Mamá, papá, ¡tenemos algo increíble que contarles! -exclamó Emi emocionado. Los padres adolescentes miraron a sus hijos con curiosidad y sorpresa.

Los primos les explicaron cómo habían viajado en el tiempo y cómo habían compartido momentos inolvidables juntos. - Aprendimos mucho hoy -dijo Juli-. Nos dimos cuenta de lo importante que es aprovechar cada momento y valorar nuestras relaciones familiares.

- Es cierto -agregó Luli-. También aprendimos que nuestros padres eran jóvenes una vez y vivieron aventuras similares a las nuestras. Los padres sonrieron orgullosos y abrazaron a sus hijos.

Estaban felices de ver cuán maduros se habían vuelto los primos y cuánto habían aprendido en ese día tan especial. De regreso al presente, los cuatro primos nunca olvidaron su mágica aventura en el pasado.

Siempre recordaban la importancia de vivir el presente intensamente y apreciar a sus seres queridos mientras crecían juntos como una gran familia llena de amor y diversión. Y así, Juli, Luli, Emi y Valen siguieron explorando el mundo con entusiasmo, sabiendo que las mejores aventuras siempre están esperándolos justo al doblar la esquina.

FIN.

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