El Portal Mágico de los Sentimientos



En un colorido y alegre pueblo llamado Arcoiris, todos sus habitantes vivían felices y disfrutaban de la tranquilidad y armonía que reinaba en el lugar.

Los niños jugaban libremente entre risas y canciones, los adultos trabajaban con entusiasmo y solidaridad, y los ancianos cuidaban con sabiduría y amor el preciado equilibrio de la comunidad. Sin embargo, en lo más profundo del bosque que rodeaba al pueblo, existía un portal mágico que conectaba Arcoiris con un mundo de oscuridad y tristeza.

Este portal permanecía cerrado desde hacía siglos, pero un día, sin previo aviso, se abrió de par en par.

Los habitantes del pueblo, curiosos y temerosos, se acercaron al portal y, antes de poder reaccionar, fueron succionados hacia el mundo sombrío del otro lado. Allí, se encontraron en un lugar desolado y sin esperanza, donde reinaba la desconfianza, la envidia y la soledad.

Los habitantes de Arcoiris, ahora separados, luchaban por mantener vivos los recuerdos de su mundo feliz, pero las tinieblas de aquel lugar oscuro los oprimían cada vez más. Los niños ya no reían, los adultos hablaban en susurros y los ancianos veían extinguirse la luz en sus ojos.

Desesperados, buscaron la forma de regresar a su hogar, pero descubrieron que el portal mágico solo se abriría una vez más, y para siempre.

Con valentía y determinación, los habitantes de Arcoiris unieron sus corazones y, empujados por la fuerza del amor y la esperanza, lograron cerrar el portal detrás de ellos. Aunque ahora estaban atrapados en aquel mundo triste, decidieron sembrar pequeños actos de bondad y amistad, compartiendo los recuerdos de su mundo feliz con aquellos que habían olvidado cómo vivir en armonía.

Poco a poco, los colores fueron regresando al paisaje, las risas volvieron a escucharse y, aunque la tristeza nunca desapareció del todo, el corazón de Arcoiris volvió a brillar con una luz inquebrantable, recordando a todos que, incluso en los momentos más oscuros, el amor y la solidaridad siempre encontrarán un camino para brillar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!