El portal secreto de Sofía



Había una vez en el tranquilo pueblo de Villa Feliz, una niña llamada Sofía. Sofía era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras para entretenerse. Sin embargo, esa tarde no tenía nada planeado y se sentía aburrida.

Sofía caminaba por las calles del pueblo, con la mirada perdida en el suelo, cuando de repente vio algo brillante a lo lejos. Se acercó corriendo y descubrió que era una llave muy antigua y bonita.

Intrigada, decidió llevársela a su casa para investigar qué secreto guardaba. Al llegar a su hogar, Sofía comenzó a examinar la llave con detenimiento.

Estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que la llave comenzó a brillar intensamente y de repente ¡se abrió un portal mágico frente a ella! Sofía se quedó boquiabierta ante tal espectáculo y decidió cruzar el portal sin dudarlo.

Del otro lado se encontraba en un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y colores vibrantes. -¡Wow! ¡Esto es increíble! -exclamó Sofía emocionada. De repente, un hada madrina apareció frente a ella con una sonrisa cálida. -¡Bienvenida, querida Sofía! Has demostrado ser valiente al cruzar el portal mágico.

Ahora te propongo un desafío: debes encontrar tres objetos mágicos escondidos en este bosque para poder regresar a tu mundo -dijo el hada. Sofía aceptó el desafío emocionada y se puso en marcha explorando cada rincón del bosque encantado.

Pronto encontró el primer objeto mágico, una piedra brillante que le otorgaba sabiduría. Luego de buscar por horas, encontró el segundo objeto: una flor especial capaz de conceder deseos sinceros.

Finalmente, cuando parecía que no podría encontrar el tercer objeto, escuchó un susurro proveniente del tronco de un árbol centenario. Al acercarse descubrió una llave similar a la que había encontrado en su mundo.

-¡Lo lograste! Has encontrado los tres objetos mágicos necesarios para regresar a tu mundo -dijo el hada apareciendo frente a Sofía nuevamente. Con los objetos en su poder, Sofía regresó al punto donde había aparecido inicialmente el portal y usó la llave encontrada en ese mundo para abrirlo una vez más.

Cruzando nuevamente entre destellos luminosos, volvió sana y salva a Villa Feliz. Desde ese día, Sofía nunca volvió a aburrirse pues recordaba con emoción su aventura en el bosque encantado y sabía que siempre habrían nuevos desafíos por descubrir si mantenía viva su curiosidad y valentia.

FIN.

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