El póster que enseñó a Zoe


Zoe era una niña muy especial. Desde pequeña, había desarrollado una gran pasión por los posters. Le encantaba coleccionarlos y pegarlos en las paredes de su habitación.

Tenía posters de películas, de cantantes, de deportistas y hasta de animales. Un día, Zoe decidió ir a la tienda de posters más grande del pueblo para comprar algunos nuevos. Cuando llegó allí, se encontró con un hombre muy amable que le preguntó qué tipo de poster estaba buscando.

"Hola Zoe ¿en qué puedo ayudarte?" -preguntó el hombre detrás del mostrador. "Quiero encontrar un poster nuevo para mi colección" -respondió Zoe emocionada. El hombre sonrió y le mostró una gran variedad de posters diferentes.

Había posters brillantes y coloridos, otros más oscuros y misteriosos, algunos con fotos reales y otros dibujados a mano. Zoe no sabía cuál elegir primero.

Pero entonces vio uno que llamó especialmente su atención: era un poster gigante con la imagen de un bosque mágico lleno de criaturas fantásticas como unicornios y hadas.

"¡Este es perfecto!" -dijo Zoe mientras tomaba el poster con cuidado"¿Cuánto cuesta?"El hombre respondió que costaba algo más caro que los demás pero valdría mucho la pena tenerlo en su colección. Zoe pensó en ello durante unos segundos antes decidirse a comprarlo. Sabía que tendría que ahorrar un poco más para poder comprar algún otro después pero no importaba porque este era realmente especial.

Llegando a casa, Zoe comenzó a desplegar el póster sobre su pared cuando noto algo extraño. Había un mensaje escrito en el borde inferior del poster que ella no había visto antes.

Decía:"Si alguna vez necesitas ayuda, solo tienes que pedirla". Zoe se sorprendió y se preguntó qué podría significar ese mensaje. Pero decidió dejarlo de lado por el momento y disfrutar de su nuevo poster.

Pasaron unos días y Zoe comenzó a notar algo extraño en su habitación. Los demás posters parecían cobrar vida propia: las caras de los cantantes parecían moverse, los animales saltaban sobre las ramas de los árboles y los deportistas parecían estar corriendo hacia ella.

Zoe estaba asombrada y un poco asustada por lo que estaba sucediendo. Pero entonces recordó el mensaje del bosque mágico y decidió pedir ayuda. "¡Por favor, alguien ayúdeme!" -gritó Zoe mientras cerraba los ojos con fuerza.

Cuando abrió sus ojos, todo había vuelto a la normalidad. Los posters estaban quietos otra vez y ella podía moverse libremente por su habitación sin sentir que la observaban.

Entonces entendió el significado del mensaje: no importa cuán difícil sea una situación, siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos si lo pedimos con sinceridad. Desde ese día en adelante, Zoe aprendió a ser más valiente al enfrentar sus miedos gracias al poder inspirador de sus posters favoritos.

Y siempre recordaría aquel bosque mágico como un lugar especial donde encontraba consuelo cuando lo necesitaba.

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