El pozo mágico



Había una vez un nene llamado Tomás, a quien le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, Tomás tropezó y cayó en un pozo muy profundo.

Mientras caía, el pozo comenzó a brillar intensamente y de repente, Tomás se encontró en un lugar completamente diferente. Estaba rodeado por árboles altísimos y escuchaba extraños sonidos de animales que nunca antes había oído.

Confundido pero emocionado, Tomás decidió explorar este nuevo mundo en el que se encontraba. Caminando entre los árboles, vio a lo lejos una pequeña cabaña. Se acercó cautelosamente y tocó la puerta. - ¡Hola! ¿Hay alguien ahí? - preguntó Tomás.

La puerta se abrió lentamente y apareció una anciana con cabellos blancos como la nieve. - ¡Bienvenido! Me llamo Doña Clara. ¿Cómo llegaste aquí? Tomás explicó cómo había caído en el pozo mágico y Doña Clara sonrió amablemente. - Parece que has viajado en el tiempo, querido niño.

Este es un lugar muy especial donde las personas pueden aprender muchas cosas valiosas del pasado - dijo Doña Clara. Tomás estaba asombrado por esta revelación y emocionado por todo lo que podría aprender.

Decidió quedarse con Doña Clara para aprovechar al máximo su experiencia única en el tiempo.

Durante los siguientes días, Doña Clara enseñó a Tomás sobre la historia antigua: cómo vivían las personas hace muchos años atrás, cómo cazaban y recolectaban alimentos, y cómo se comunicaban sin teléfonos ni computadoras. Tomás estaba fascinado con cada historia y lección que Doña Clara compartía. Pero un día, Tomás sintió nostalgia por su familia y amigos en el presente.

- Doña Clara, extraño a mi mamá y a mis amigos. Quisiera volver a casa - dijo Tomás con tristeza. Doña Clara comprendió los sentimientos de Tomás y sabía que era hora de ayudarlo a regresar.

Juntos buscaron una forma de activar el pozo mágico para que pudiera volver al presente. Finalmente, encontraron la solución: debían encontrar un objeto especial del pasado que tuviera un fuerte significado para Tomás. Así podrían abrir el camino de vuelta al pozo.

Después de buscar por todo el bosque, encontraron una antigua muñeca de trapo que había sido el juguete favorito de la bisabuela de Tomás cuando era niña. Con la muñeca en mano, volvieron al pozo mágico.

- Ahora toma mi mano, querido Tomás, y repite después de mí: "Quiero regresar a casa" - indicó Doña Clara. Tomás tomó la mano extendida de Doña Clara y ambos dijeron las palabras mágicas juntos.

El pozo comenzó a brillar nuevamente y esta vez transportó a Tomás directamente al lugar donde había caído inicialmente. Cuando salió del pozo, se dio cuenta de que solo había pasado unos minutos desde su caída. Su mamá lo abrazó emocionada al verlo sano y salvo.

- ¡Tommy! ¡Estaba tan preocupada! ¿Dónde estuviste? Tomás contó emocionado toda la aventura que había vivido en el pozo mágico y cómo había aprendido tanto del pasado gracias a Doña Clara.

Desde aquel día, Tomás valoró aún más cada momento con su familia y amigos, sabiendo que cada experiencia es única e irrepetible. Y siempre recordaría la sabiduría de Doña Clara y las lecciones valiosas que aprendió en ese viaje en el tiempo.

FIN.

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