El prestamista y el valor del esfuerzo



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, un prestamista llamado Don Ernesto. Don Ernesto era conocido por prestar dinero a quienes lo necesitaban, pero también por tener un gran amor por el juego.

En lugar de invertir sabiamente su dinero, lo arriesgaba en el casino apostándolo en juegos de azar. A menudo, ganaba mucho dinero, pero también perdía grandes sumas. A pesar de esto, él no se desanimaba y continuaba apostando, confiando en su suerte.

FIN.

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