El primer día de Amarillo


Había una vez un pequeño conejito llamado Amarillo, que estaba a punto de vivir una gran aventura: su primer día de jardín.

Estaba muy emocionado por conocer un lugar nuevo y hacer amigos, pero también sentía un poco de miedo en su pancita. El sol brillaba en el cielo y los pajaritos cantaban alegres mientras Amarillo caminaba hacia el jardín. Al llegar, vio a todos los niños jugando y riendo juntos.

Su corazón latía fuerte y sus orejitas temblaban de nerviosismo. No se animaba a acercarse a jugar con ellos. "Hola, ¿cómo te llamas?", preguntó una vocecita dulce detrás de él.

Amarillo se dio vuelta y vio a una pequeña conejita de pelaje blanco como la nieve y ojos brillantes como estrellas. Era Naomy, la nueva amiga que estaba destinada a cruzarse en su camino ese día. "Soy Amarillo", respondió tímidamente el conejito. Naomy sonrió tiernamente y extendió su patita hacia él.

"¡Qué lindo nombre! ¡Vamos, te presento a mis amigos!"Con Naomy al lado, Amarillo se sintió más valiente y decidió seguirla. Juntos se acercaron al grupo de niños que estaban jugando a la rayuela.

Al principio, Amarillo se quedó un poco alejado observando, pero Naomy lo tomó de la mano y lo llevó hasta el comienzo del juego. "¿Quieres intentarlo?", le preguntó Naomy con entusiasmo.

Amarillo asintió con timidez y lanzó la piedrita hacia los números dibujados en el suelo. Para sorpresa de todos, ¡dio en el número 1! Los niños aplaudieron emocionados y Amarillo sintió un calorcito especial en su corazón. Así pasaron las horas en el jardín, entre juegos, risas y nuevas amistades.

Naomy nunca dejó solo a Amarillo ni un segundo; siempre estaba ahí para apoyarlo y animarlo cuando sentía miedo o inseguridad.

Al final del día, cuando llegó la hora de irse cada uno a sus casas, Amarillo abrazó fuerte a Naomy con gratitud en sus ojos. "Gracias por ser mi amiga", dijo emocionado. Naomy le devolvió el abrazo con cariño. "Siempre estaré aquí para ti, Amarillo.

"Y así fue como aquel primer día de jardín marcó el comienzo de una hermosa amistad entre dos conejitos muy especiales: uno lleno de miedos e inseguridades; otro lleno de amor y comprensión. Juntos descubrieron que enfrentar los desafíos no era tan difícil cuando tenían alguien especial al lado para compartirlos.

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