El Primer Día de Carlota



Era un hermoso día de primavera, y la pequeña Carlota se despertó con el sonido de los pájaros cantando. Con el corazón latiendo de emoción y un poco de nerviosismo, se preparó para su primer día de colegio. Su mamá le había preparado un desayuno delicioso, y mientras compartían la comida, Carlota no podía dejar de pensar en lo que pasaría ese día.

"¿Estás lista para tu primer día, Carlota?" - preguntó su mamá con una sonrisa.

"No sé, mami. Tengo miedo de no hacer amigos" - respondió Carlota, bajando la mirada.

"Es normal sentirse un poco nerviosa. Pero recuerda, todos los niños ahí también son nuevos alguna vez. Puedes ser amable, y seguro encontrarás amigos" - la animó su mamá.

Con esa idea en mente, Carlota tomó su mochila y salió de casa. Caminando hacia el colegio, se preguntaba cómo serían sus compañeros y la maestra. Al llegar, vio a un grupo de niños jugando en el patio.

"Hola, soy Carlota, el primer día de primer grado" - se presentó tímidamente, acercándose.

Los niños la miraron y uno de ellos, un niño con gafas llamado Lucas, le sonrió.

"Yo soy Lucas. ¡Bienvenida! ¿Quieres jugar con nosotros?" - le ofreció.

Carlota se sintió un poco más tranquila y aceptó la invitación. Jugaron a la pelota, riendo y corriendo, hasta que el timbre sonó y los llamó a entrar al aula.

La maestra, la Srta. Flor, los recibió con calidez.

"¡Bienvenidos a su primer día! Aquí aprenderemos muchas cosas y haremos nuevos amigos" - dijo.

Durante la primera parte de la clase, la Srta. Flor pidió que cada uno se presentara.

"Me llamo Carlota y me gusta dibujar" - dijo al darle el turno.

Al final de la ronda, un niño llamado Mateo se acercó a ella mientras los demás regresaban a sus asientos.

"A mí también me gusta dibujar. Tal vez podamos hacer un dibujo juntos durante el recreo" - le propuso Mateo.

"¡Sí!" - respondió Carlota, sintiendo que el día empezaba a ser más emocionante. Pero, al salir al recreo, se dio cuenta de que algunos niños estaban jugando a un juego que no conocía. Se sintió un poco fuera de lugar.

"¿Por qué no se viene a jugar con nosotros?" - le gritó una de las niñas.

Carlota dudó un momento, pero recordó las palabras de su mamá y decidió arriesgarse.

"¿Puedo aprender a jugar?" - preguntó con voz firme.

"Claro, vení, te enseñamos!" - respondieron al unísono.

Así, Carlota se unió al grupo. A pesar de que al principio le costó seguir el ritmo, sus nuevas amigas la animaron y pronto estaba riendo y jugando como si se conocieran de toda la vida. Al final del recreo, se sentía feliz y contenta.

El último bloque de clases fue sobre arte. La Srta. Flor les dijo que tenían que crear un dibujo que representara a su familia. Carlota, emocionada, tomó sus lápices y comenzó a dibujar. Mientras trabajaba, vio que Mateo la observaba desde su mesa.

"Tu dibujo se ve genial. ¿Te gustaría que colaboráramos?" - le preguntó.

"Sí, ¡sería divertido!", respondió Carlota.

Ambos comenzaron a crear un gran mural que incluía tanto sus dibujos familiares como muchos elementos divertidos de sus vidas. Su trabajo fue tan impresionante que, al final de la clase, la maestra les pidió que lo expusieran en la pared de la entrada del aula.

Ya en la despedida del día, la Srta. Flor dijo:

"Hoy han sido unos estudiantes increíbles. Recuerden, siempre es bueno ser uno mismo y compartir lo que más quiero y lo que más disfrutan. Nos vemos mañana!".

Carlota salió del colegio con una gran sonrisa en el rostro. En el camino de regreso, reflexionó sobre su día:

"¡El primer día no fue tan malo!" - pensó.

Al llegar a casa, su mamá la esperó con una gran sonrisa.

"¿Cómo te fue, querida?" - preguntó.

"¡Fue genial! Hice amigos y dibujé un mural con Mateo, ¡me encantó!" - exclamó.

Carlota se dio cuenta de que aunque había sido un comienzo un poco aterrador, también le había traído nuevas amistades y experiencias. Había aprendido que siempre podía ser valiente y abrirse a nuevas oportunidades.

Desde entonces, cada día en el colegio se volvió una nueva aventura para Carlota, quien se convirtió en una niña muy querida entre sus compañeros, siempre lista para hacer nuevos amigos y crear recuerdos.

FIN.

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