El Primer Día de Clases
Era un hermoso día de primavera y Lucas y Sofía estaban muy nerviosos.
- ¿Estás listo para tu primer día? - preguntó Lucas.
- ¡Un poco! - respondió Sofía.
Ambos entraron a la escuela y se encontraron con un ambiente lleno de risas.
- ¡Mirá cuántos chicos! - dijo Lucas emocionado.
- Espero que me hagan amigos - pensó Sofía.
Al entrar al aula, la maestra, la señora Díaz, les dio la bienvenida.
- ¡Hola, chicos! Soy la señora Díaz. - dijo con una sonrisa.
- ¡Hola, señora! - respondieron al unísono.
La señora Díaz les pidió que se presentaran.
- Me llamo Lucas y me gusta el fútbol.
- Yo soy Sofía y amo dibujar.
La señora Díaz sonrió y dijo:
- ¡Qué bien! Hoy haremos un juego para conocernos.
Los chicos se miraron emocionados.
- ¡Sí! - gritaron juntos.
El juego consistía en pasar una pelota y decir un dato sobre ellos.
Lucas lanzó la pelota.
- Me gusta el helado - dijo.
Sofía atrapó la pelota.
- Y me encantan los gatos - agregó.
Mientras jugaban, un niño llamado Tomás se acercó.
- ¿Puedo unirme? - preguntó tímidamente.
- ¡Claro! - respondieron los dos.
Ahora había tres en el juego.
La señora Díaz dijo:
- ¡Bien hecho, chicos! Hicieron un gran equipo.
Más tarde, la señora Díaz les propuso un proyecto grupal.
- Vamos a hacer una presentación sobre nuestras comidas favoritas - dijo.
- ¡Me encanta la pizza! - exclamó Lucas.
- Yo prefiero los tacos - dijo Sofía.
Tomás pensó por un momento.
- A mí me gusta el sushi - confiesa.
Los tres se pusieron a trabajar juntos.
- ¡Esto es divertido! - dijo Sofía.
- Gracias por dejarme unirme - comentó Tomás.
Pronto, todos en el salón estaban hablando y riendo.
De repente, alguien golpeó la puerta.
Era la directora de la escuela.
- ¡Hola a todos! - saludó.
- ¡Hola! - respondieron los niños.
La directora se acercó a ellos y elogió su trabajo.
- ¡Qué lindo trabajo están haciendo! - dijo sonriendo.
Lucas, Sofía y Tomás se miraron contentos.
Al final del día, la señora Díaz los reunió.
- Ha sido un gran primer día, ¿verdad?
- ¡Sí! - respondieron entusiasmados.
- Hicimos amigos y aprendimos mucho - agregó Sofía.
- ¡No puedo esperar a mañana! - dijo Lucas.
La señora Díaz sonrió y les dio la tarea.
- Quiero que preparen algo para el próximo día.
Los niños se despidieron emocionados.
- ¡Hasta mañana! - dijeron mientras salían.
Lucas y Sofía se sintieron felices y llenos de energía.
- ¡Hoy fue genial! - exclamó Lucas.
- Mañana será aún mejor - sonrió Sofía.
Los dos se fueron a casa hablando sobre su primer día, ya soñando con las aventuras por venir.
FIN.