¡El primer día de colegio de Rodrigo!



Había una vez un niño llamado Rodrigo, quien estaba muy emocionado porque iba a ir por primera vez al colegio. Desde que se despertó esa mañana, no podía dejar de sonreír y saltar de alegría.

Su mamá lo ayudó a vestirse con su uniforme escolar y le preparó un delicioso desayuno. Mientras comían, ella le explicaba lo divertido que sería hacer amigos nuevos y aprender muchas cosas interesantes en el colegio.

Llegó el momento de salir de casa y Rodrigo tomó la mano de su mamá con fuerza. Caminaron juntos hasta llegar a la puerta del colegio, donde había muchos niños jugando y riendo.

Cuando entraron al salón de clases, Rodrigo miró a su alrededor y vio muchas caras nuevas. La maestra, la señorita Laura, les dio la bienvenida a todos y les dijo que iban a pasar un día lleno de aventuras juntos.

-¡Hola chicos! ¿Están listos para comenzar esta increíble jornada? -dijo la señorita Laura con entusiasmo. Los niños asintieron emocionados mientras se sentaban en sus sillas. La maestra empezó a enseñarles las letras del abecedario cantando una canción muy divertida.

Rodrigo prestaba mucha atención e intentaba repetir cada letra junto con sus compañeros. A medida que avanzaba la clase, se dio cuenta de que aprender era algo muy entretenido. Después del recreo, llegó el momento más esperado por Rodrigo: el taller de arte.

La señorita Laura les entregó crayones y papel para que dibujaran lo que quisieran. Rodrigo se sintió como un verdadero artista y empezó a dibujar a su familia y a sus mascotas. Al terminar, mostró su dibujo con orgullo a la maestra y a sus compañeros.

La señorita Laura les propuso hacer una exposición de arte al final del día para que todos pudieran admirar los trabajos de cada uno. Rodrigo estaba emocionado por mostrar su dibujo a sus papás y amigos.

El día pasó volando entre risas, juegos y aprendizaje. Cuando llegó la hora de irse, Rodrigo no quería despedirse de sus nuevos amigos y de la señorita Laura. -¡Hasta mañana chicos! Fue un día maravilloso.

Nos vemos pronto -dijo la señorita Laura mientras los niños salían del salón. Rodrigo corrió hacia su mamá y le contó todas las cosas increíbles que había hecho en el colegio ese día. Estaba tan feliz que no podía dejar de sonreír.

Esa noche, antes de dormir, Rodrigo pensó en todo lo que había aprendido en el colegio y en todas las aventuras que aún le esperaban. Sabía que cada día sería diferente, pero siempre lleno de diversión y aprendizaje.

Y así fue como Rodrigo descubrió el maravilloso mundo del colegio, donde cada día era una nueva oportunidad para crecer, aprender y hacer amigos.

Desde aquel primer día, nunca dejó de disfrutar cada momento en el colegio y siempre recordaba con cariño cómo comenzó esta gran aventura.

FIN.

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