El primer día de Eidan en el jardín de infantes
Eidan estaba emocionado y un poco nervioso. Era su primer día en la guardería, y no sabía qué esperar.
Mamá lo llevó de la mano hasta el edificio colorido con juegos y risas que se veían a través de las ventanas. Al entrar, Eidan vio a muchos niños corriendo y jugando. Se acercó tímidamente a una maestra que sonreía amablemente. "¡Hola! Soy Eidan", dijo tímidamente. "¡Hola, Eidan! Soy la señorita Laura.
¡Bienvenido a nuestra guardería!", respondió la maestra con una voz cálida. Eidan miró alrededor y vio un grupo de niños sentados en una mesa pintando dibujos coloridos. "¿Puedo unirme?", preguntó Eidan con entusiasmo. "Por supuesto, Eidan.
Ven, te daré papel y crayones para que puedas comenzar", dijo la señorita Laura mientras le entregaba los materiales. Eidan se sentó junto a los otros niños y comenzaron a pintar juntos.
Pronto se olvidó de sus nervios y se divirtió mucho mezclando colores y creando obras maestras en su hoja de papel. Después del tiempo de arte, todos los niños fueron al patio para jugar al aire libre. Eidan fue directamente hacia el arenero donde había otros niños construyendo castillos de arena.
"¡Hola chicos! ¿Puedo ayudarlos?", preguntó Eidan entusiasmado. Los demás niños asintieron con una sonrisa y le dieron algunas palas para unirse a ellos. Juntos construyeron castillos altos y foso profundo para protegerlos.
"¡Miren lo que hemos construido!", exclamó Eidan emocionado. Todos los niños aplaudieron y se divirtieron mucho jugando en los castillos de arena. Eidan se sentía feliz de haber encontrado nuevos amigos.
Después del patio, la señorita Laura reunió a todos los niños para contarles una historia. Se sentaron alrededor de ella, ansiosos por escuchar. "Había una vez un pequeño elefante llamado Dumbo", comenzó la maestra mientras mostraba ilustraciones del cuento. "Dumbo era diferente a los demás elefantes porque sus orejas eran más grandes".
Eidan prestaba mucha atención a la historia, ya que también se había sentido diferente en su primer día en la guardería. Escuchó cómo Dumbo superaba sus miedos y se convertía en un elefante valiente y amado por todos.
Después de la historia, llegó el momento del almuerzo. Eidan estaba emocionado por compartir con sus nuevos amigos. "¿Qué tienes para comer hoy?", preguntó Eidan a su amigo Juanito.
"Tengo sándwiches de jamón y queso", respondió Juanito mientras mostraba su lonchera. Eidan abrió su lonchera y sacó un sándwich de mermelada. Al principio, sintió vergüenza porque era diferente al resto, pero luego recordó la historia de Dumbo y decidió no preocuparse tanto por las diferencias.
"A mí me encanta el sabor dulce de mi sándwich", dijo Eidan con una sonrisa. "Cada uno tiene gustos diferentes". Los demás niños asintieron y comenzaron a intercambiar bocadillos para probar cosas nuevas.
Eidan se dio cuenta de que ser diferente no era algo malo, sino algo especial. Después del almuerzo, llegó el momento de las siestas. Eidan se acostó en una colchoneta suave y cerró los ojos.
Pronto, se quedó dormido y tuvo sueños felices sobre su primer día en la guardería. Cuando despertó, encontró a sus nuevos amigos esperándolo con una sonrisa. "¡Eidan! ¡Te extrañamos!", exclamaron todos al unísono. Eidan se levantó emocionado y abrazó a cada uno de sus amigos mientras reían juntos.
El primer día de Eidan en la guardería resultó ser increíblemente divertido y emocionante. Aprendió que ser diferente es algo hermoso y que siempre hay espacio para hacer nuevos amigos.
Desde ese día, Eidan esperaba ansioso cada mañana para ir a la guardería y pasar tiempo con sus compañeros. Y así, juntos, descubrieron el poder de la amistad y la importancia de aceptarse mutuamente tal como eran.
FIN.