El primer día de escuela


Había una vez en el tranquilo pueblo de Colinita, un grupo de animalitos muy curiosos que, por primera vez, iban a ir a la escuela. Estaban un poco nerviosos y ansiosos por saber qué les esperaba.

El conejito Coco, la osita Mia y el perrito Pipo eran inseparables amigos que compartirían esta nueva aventura juntos. Una soleada mañana, llegó el momento tan esperado, era el primer día de escuela.

Los papás y mamás de los animalitos los acompañaron hasta la puerta del alegre salón de clase. Al ver a sus padres irse, algunos amiguitos comenzaron a llorar. La maestra, una dulce y amable ovejita llamada Doña Blanca, se acercó a consolarlos. "No lloren, queridos.

Hoy vamos a divertirnos mucho y aprender cosas nuevas", les dijo con una sonrisa. Mientras tanto, Coco, Mia y Pipo se acercaron a los demás amiguitos que lloraban y les dijeron: "Tranquilos, no están solos.

Aquí todos somos amigos, y juntos vamos a pasarla genial." Pronto, todos los amiguitos estaban muy entretenidos jugando con bloques de colores, dibujando en papeles grandes y escuchando cuentos emocionantes. Después de un rato, la hora del recreo llegó y salieron al patio a jugar.

La jornada pasó volando y, antes de darse cuenta, los papás y mamás volvieron a buscar a los animalitos. Al despedirse, Doña Blanca les dijo a los amiguitos: "Hoy demostraron ser valientes y fuertes.

En la escuela hay muchas cosas divertidas que descubrir, y siempre estaremos aquí para cuidarlos y enseñarles. No tengan miedo, la escuela es un lugar donde crecer y hacer amigos." Los animalitos se despidieron con una sonrisa, emocionados por regresar al día siguiente.

Y así, cada día, la escuela se convirtió en un lugar donde reían, jugaban y aprendían juntos. Los amiguitos descubrieron que, a pesar de extrañar a sus papás, la escuela era un lugar mágico donde la diversión y las nuevas aventuras los esperaban.

Y desde ese día, nunca más lloraron al ir a la escuela.

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