El primer día de escuela de Lucía


Lucía estaba muy emocionada por ir a la escuela por primera vez. Su mamá la acompañó, sosteniendo su mano con cariño mientras caminaban por la vereda hacia el gran edificio escolar. Lucía miraba todo a su alrededor con ojos curiosos, sintiéndose un poco asustada pero también ansiosa por lo que le depararía ese nuevo mundo.

Al llegar a la escuela, Lucía vio a un montón de niños jugando en el patio, riendo y corriendo. Algunos estaban con sus padres, como ella, pero otros ya estaban entrando al edificio. Lucía se aferró a la mano de su mamá con más fuerza, pero su mamá la miró con cariño y le dijo:

- Tranquila, Lucía. Vas a pasar un día maravilloso en la escuela. Vas a conocer a muchos amiguitos y aprender un montón de cosas nuevas.

Lucía asintió, tratando de sonreír, y juntas entraron al edificio. Todo estaba lleno de colores y dibujos en las paredes. La maestra las recibió con una cálida sonrisa y les indicó donde quedaba el aula de Lucía.

- ¡Vamos, Lucía! -dijo su mamá, alentándola. - Te va a encantar.

Dentro del aula, Lucía se encontró con otras caritas nerviosas y emocionadas como la suya. Pronto, la maestra comenzó a leerles un cuento maravilloso y a organizar juegos para que todos los chicos pudieran conocerse entre sí. Lucía se divirtió muchísimo y pronto se dio cuenta de que ir a la escuela era mucho más divertido de lo que había imaginado.

Al finalizar el día, Lucía salió corriendo a abrazar a su mamá, con una sonrisa enorme en su carita.

- Mamá, mamá, ¡me encantó la escuela! -exclamó. - Hice muchos amigos y aprendí un montón de cosas.

- ¡Qué tal, Lucía! -respondió su mamá, emocionada. - Estoy tan orgullosa de ti.

Desde ese día, Lucía esperaba con ansias cada nuevo día de escuela, donde siempre encontraba aventuras, aprendizajes y nuevos amigos.

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