El primer día de Hugo


Había una vez un niño llamado Hugo que estaba muy emocionado porque era su primer día en el colegio.

Se levantó temprano, se puso su uniforme y desayunó con ansias mientras su mamá le preparaba una mochila llena de útiles escolares. Cuando llegaron al colegio, Hugo vio a muchos niños corriendo y riendo. Se sintió un poco nervioso pero también emocionado por hacer nuevos amigos.

La maestra los recibió con una gran sonrisa y les presentó a sus compañeros de clase. Hugo se sentó en un pupitre vacío y miró a su alrededor. Vio a Sofía, una niña con trenzas rubias, dibujando en su cuaderno. Decidió acercarse a ella para hacerle preguntas.

"Hola, soy Hugo ¿y tú?"- dijo Hugo tímidamente. "¡Hola! Soy Sofía"- respondió la niña sin dejar de dibujar. "¿Qué estás dibujando?"- preguntó curioso Hugo. Sofía mostró el dibujo: era un árbol lleno de colores brillantes y pájaros volando alrededor.

Era hermoso. "¡Es increíble! ¿Puedes enseñarme cómo dibujar así?"- exclamó Hugo emocionado. Sofía sonrió y le explicó algunos trucos para hacer mejores dibujos. Desde ese momento, Hugo supo que había encontrado a una amiga especial en Sofía.

El día continuó con diferentes actividades: matemáticas, lengua y hasta educación física. En cada clase, Hugo conocía más niños y descubría cosas nuevas.

Sin embargo, también se dio cuenta de que había un niño llamado Lucas que parecía triste y solitario. "¿Por qué no te unes a nosotros en el recreo?"- le preguntó Hugo a Lucas durante el almuerzo. Lucas miró sorprendido y luego asintió.

Los dos niños caminaron juntos hacia el patio donde Sofía los esperaba junto con otros compañeros de clase. Con el tiempo, Hugo notó que Lucas era muy bueno jugando al fútbol. Le pidió que les enseñara algunos trucos y todos comenzaron a jugar juntos.

Pronto, incluso los niños más tímidos del colegio se unieron al grupo de amigos de Hugo. Los días pasaron volando y Hugo se dio cuenta de lo importante que es ser amable con los demás y ayudar a los que están tristes o solos.

Aprendió la importancia de la empatía y cómo hacer pequeños gestos puede cambiar la vida de alguien para mejor. Al finalizar el año escolar, la maestra organizó una fiesta para celebrar todo lo aprendido.

Todos sus amigos estaban ahí: Sofía, Lucas y muchos otros compañeros más. Habían pasado por tantas aventuras juntos y habían formado una gran familia en ese pequeño colegio. Hugo estaba feliz porque su primer día en el cole había sido inolvidable.

Se dio cuenta de que cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo, hacer nuevos amigos y siempre ser amable con los demás. Y así, Hugo siguió creciendo rodeado de amor y amistad gracias a su primer día en el cole.

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