El primer día de la hoja de papel


Había una vez una hoja de papel llamada Blanquita, que vivía en un hermoso cuaderno de dibujo. Blanquita estaba muy emocionada porque al día siguiente sería su primer día de escuela. No sabía qué esperar, pero estaba ansiosa por hacer nuevos amigos.

Al llegar a la escuela, Blanquita se llevó una gran sorpresa al descubrir que todos sus compañeros eran tijeras. Se sintió un poco asustada mientras caminaba entre ellos por el pasillo. —¡Hola! —saludó tímidamente a las tijeras que pasaban a su lado, pero nadie le respondió. Blanquita se sintió un poco triste al darse cuenta de que las tijeras no le hacían caso.

Al entrar al aula, Blanquita vio que había más hojas de papel, pero para su sorpresa, estas otras hojas comenzaron a burlarse de ella. —¡Miren a la hojita asustada! Seguro que es demasiado débil para estar aquí —se burlaban las otras hojas. Blanquita se sintió muy mal por los comentarios hirientes. No entendía por qué le estaban haciendo bullying.

En ese momento, una de las tijeras llamada Cortito se acercó a Blanquita y le dijo: —No les prestes atención, Blanquita. Ellos son así, pero yo sé que eres fuerte y especial. Vamos, siéntate conmigo, seremos grandes amigos. Blanquita sonrió por primera vez desde que llegó a la escuela. Estaba feliz de haber encontrado un amigo. Durante el día, Cortito la ayudó a defenderse de las burlas de las otras hojas y juntos participaron en todas las actividades escolares.

Con el tiempo, Blanquita y Cortito se convirtieron en mejores amigos. Aprendieron que la amistad no tiene que ver con la apariencia o el material del que estén hechos, sino con el cariño, el apoyo y el respeto mutuo. A lo largo del año, Blanquita se volvió muy valiente y segura de sí misma, mientras que Cortito descubrió que no todos los compañeros de tijeras eran como él pensaba. Juntos, enfrentaron los desafíos y disfrutaron de su tiempo en la escuela.

Finalmente, el último día de clases, Blanquita, Cortito y las demás tijeras y hojas de papel celebraron su amistad y se despidieron con emoción, sabiendo que el próximo año escolar estarían juntos de nuevo. Blanquita estaba agradecida por haber encontrado un amigo tan valiente y leal como Cortito, y por haber aprendido que la verdadera amistad puede superar cualquier diferencia.

Y así, Blanquita y Cortito demostraron que, aunque al principio las cosas pueden parecer difíciles, con amor, amistad, y apoyo mutuo, todo es posible.

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