El primer día de Tomás


Había una vez un niño llamado Tomás, quien estaba a punto de comenzar la escuela por primera vez. Estaba muy emocionado, pero también tenía mucho miedo.

No sabía qué esperar y se sentía nervioso por conocer a nuevos compañeros y maestros. Un día antes del gran día, Tomás se sentó en su habitación con su mamá y papá. Querían ayudarlo a superar sus miedos y hacer que se sintiera mejor sobre el primer día de escuela.

La mamá de Tomás le dijo: "Tomás, sé que estás asustado, pero recuerda que todos los niños tienen esos mismos sentimientos cuando comienzan algo nuevo.

¡Incluso yo me puse nerviosa en mi primer día de trabajo!"El papá de Tomás agregó: "Además, tu hermana mayor, Sofía, ya ha pasado por esto antes. Ella puede darte algunos consejos útiles". Sofía entró corriendo en la habitación con una sonrisa en su rostro.

Ella era muy inteligente y siempre estaba dispuesta a ayudar a su hermanito menor. "¡Hola Tomás! No te preocupes tanto", dijo Sofía mientras le daba un abrazo reconfortante. "La escuela es un lugar divertido donde podrás aprender muchas cosas nuevas y hacer amigos geniales".

Tomás miró a su familia con ojos llenos de emoción mixta. Agradeció tenerlos cerca para apoyarlo en este momento importante. Al siguiente día, cuando llegaron al colegio, el corazón de Tomás latía rápidamente mientras sostenía la mano de su mamá.

El edificio era grande e imponente; parecía un mundo completamente nuevo. La maestra de primer grado, la señorita Laura, los recibió con una cálida sonrisa. "¡Bienvenidos a nuestra clase!", exclamó.

"Vamos a tener un año lleno de diversión y aprendizaje". Tomás se sentó en su pupitre y miró a su alrededor. Había muchos niños nuevos y todos parecían tan emocionados como él. La señorita Laura comenzó a presentar diferentes actividades para que todos se conocieran mejor.

Durante el día, Tomás hizo nuevos amigos y descubrió que compartir sus miedos con ellos lo hacía sentir menos solo. Juntos exploraron colores brillantes mientras pintaban dibujos coloridos y jugaron juegos divertidos.

Al final del día escolar, cuando Tomás regresó a casa, estaba lleno de entusiasmo por contarle a su familia sobre todas las cosas emocionantes que había hecho en la escuela. "¡Mamá! ¡Papá! Tuve un día increíble", exclamó Tomás mientras abrazaba a sus padres.

"Hice amigos geniales, aprendí nuevos colores y me divertí mucho". Sus padres sonrieron orgullosamente mientras lo escuchaban relatar sus aventuras del primer día de escuela.

Desde ese momento en adelante, Tomás ya no tenía miedo de ir a la escuela porque sabía que estaba rodeado de personas amorosas que siempre estarían allí para apoyarlo. Y así comenzó su emocionante viaje educativo, lleno de risas, amistades duraderas y el descubrimiento constante de nuevos colores en el mundo maravilloso de la escuela.

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