El Primer Día de Trabajo de Luciano



Luciano era un niño muy curioso y siempre le gustaba aprender cosas nuevas. Un día, su mamá le dijo que iba a tener su primer trabajo ayudando en la tienda de la esquina. Luciano estaba emocionado y un poco nervioso por lo que iba a vivir.

El primer día, Luciano se levantó temprano, se vistió con su mejor ropa y se aseguró de tener todo lo que necesitaba. Al llegar a la tienda, conoció a la dueña, Doña Marta, una señora amable con una sonrisa siempre lista. -“¡Hola Luciano! ¿Estás listo para comenzar a trabajar? ” -le dijo Doña Marta con entusiasmo.

Luciano asintió con la cabeza y comenzó a aprender las diferentes tareas de la tienda. Ayudó a ordenar productos, atendió a los clientes y colaboró en mantener todo limpio y en su lugar. Al principio le costó un poco, pero con el tiempo fue tomando confianza y se sintió cada vez más cómodo.

Sin embargo, hacia el mediodía, llegó un grupo de clientes y la tienda se llenó de gente. Luciano se puso nervioso al principio, pero Doña Marta le dio unas palmaditas en el hombro y le dijo: -“Tranquilo, Luciano. Tú puedes hacerlo. Confío en ti.” Con esas palabras, Luciano se sintió más seguro y empezó a atender a los clientes con una sonrisa en el rostro.

Al final del día, Doña Marta llamó a Luciano a su oficina y le dijo: -“¡Lo hiciste muy bien, Luciano! Estoy muy orgullosa de ti. Gracias por tu ayuda hoy. Eres un gran trabajador.” Luciano sintió una gran alegría al escuchar esas palabras y supo que el esfuerzo y la dedicación habían valido la pena.

Desde ese día, Luciano siguió ayudando en la tienda después de la escuela, aprendiendo cosas nuevas y disfrutando de su trabajo. Se dio cuenta de que, aunque a veces podía ser difícil, con esfuerzo y perseverancia, podía lograr grandes cosas. Y así, el primer día de trabajo de Luciano se convirtió en el comienzo de una maravillosa experiencia.

FIN.

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