El primer día de Trompitas en la escuela


Había una vez en la selva un elefante llamado Trompitas, conocido por ser el más amistoso de todos. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos y a hacer nuevos amigos.

Un día, Trompitas decidió que era hora de ir a la escuela para aprender cosas nuevas y conocer a otros animales. El primer día de escuela llegó y Trompitas estaba emocionado pero un poco nervioso.

Al entrar al aula, vio a todos los demás animales mirándolo con curiosidad. Había jirafas altísimas, monos traviesos, leones valientes y cebras veloces. Pero lo que más llamó la atención de Trompitas fue un grupo de elefantes que lo observaban con cierta indiferencia.

"¡Hola! Soy Trompitas, ¿y ustedes?" -saludó con entusiasmo. Uno de los elefantes se acercó y dijo con arrogancia: "Nosotros somos los elefantes más fuertes y grandes de la selva. No creemos que necesitemos tu amistad".

Trompitas se sintió triste por las palabras de los otros elefantes, pero decidió no rendirse. Durante la clase, demostró ser muy inteligente y atento, respondiendo preguntas y participando activamente en las actividades escolares.

Al final del día, la maestra propuso un juego en equipo para conocerse mejor entre los alumnos. Todos formaron parejas menos Trompitas, quien quedó solo. Los elefantes fuertes se rieron y lo dejaron de lado.

Entonces, una jirafa tímida se acercó a Trompitas y le dijo: "¿Quieres ser mi compañero en el juego? Creo que haríamos un buen equipo". Trompitas aceptó con una gran sonrisa y juntos demostraron ser imbatibles en el juego. Los otros animales quedaron sorprendidos por la habilidad y cooperación entre Trompitas y la jirafa.

Al finalizar el juego, los elefantes fuertes se acercaron a Trompitas para disculparse por su actitud soberbia. "Perdón por haberte tratado mal al principio", dijo uno de ellos avergonzado. "No sabíamos lo valioso que eres como amigo y compañero".

Trompitas sonrió amablemente y les tendió su trompa en señal de perdón. Desde ese día, todos los animales aprendieron que la verdadera fuerza no está en ser grande o poderoso, sino en saber valorar la amistad y trabajar en equipo.

Y así, Elefante Trompita enseñó una gran lección aquella jornada escolar: nunca subestimes el poder de la bondad y la amistad verdadera.

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