El Primer Día en el Aula Estrella Amarilla



Era un soleado lunes por la mañana, y el aula Estrella Amarilla de la escuela "Los Arbolitos" estaba en pleno bullicio. Los niños y niñas estaban llenos de emoción y nerviosismo. Era su primer día de clases, y todos querían conocer a su nueva educadora, Laly.

Al entrar al aula, Laly sonrió con calidez y dijo:

"¡Hola, Estrellas Amarillas! Soy su educadora, Laly. Estoy muy feliz de estar con ustedes este año. Vamos a aprender y divertirnos mucho juntos."

Los niños la miraron con curiosidad, y uno de ellos, Luca, se animó a preguntar:

"¿Vamos a hacer actividades divertidas, Laly?"

"¡Claro que sí, Luca!" respondió Laly. "Hoy vamos a conocernos mejor, así que quiero que cada uno se presente y comparta algo que le guste hacer. Vamos a empezar por Sofía."

Sofía, una niña tímida con una diadema de flores, se levantó y dijo:

"Hola, soy Sofía, me encanta dibujar y pintar."

Luego fue el turno de Tomás:

"Soy Tomás y me gusta jugar al fútbol."

"¡Genial, Tomás! Tal vez podamos organizar un partido después de clase," dijo Laly, animando al grupo.

De repente, la puerta se abrió de golpe y entró una nueva compañerita, Valentina, con los ojos llorosos.

"Lo siento, llegué tarde…" dijo mientras ruborizaba.

"No te preocupes, Valentina. Lo más importante es que estás aquí ahora," la consoló Laly. "¿Quieres presentarte?"

"Soy Valentina, y me gusta mucho leer."

"¡Perfecto! Tal vez puedas compartir algunos de tus libros favoritos con nosotros."

"Sí, ¡me gustaría!" respondió Valentina con una sonrisa, sintiéndose más a gusto.

Después de las presentaciones, Laly decidió que era el momento de hacer una actividad divertida.

"Chicos, ¿qué les parece si hacemos un juego de presentación? Cada uno se va a poner una etiqueta en la frente con el nombre de un animal, y tendrán que adivinar cuál es haciendo preguntas."

Los niños aclamaron con entusiasmo. Pronto el aula se llenó de risas y preguntas como:

"¿Eres un animal que vive en el agua?" - preguntó Luca.

"No, soy un animal que vuela," respondió Valentina.

"¿Eres un delfín?" - preguntó Sofía, llena de entusiasmo.

"Noooo, ¡soy un loro!"

Así pasaron la mañana, jugando y divirtiéndose, pero en medio de la alegría, Luca se sintió un poco apartado. No había podido adivinar su animal, y se sentía frustrado. Cuando Laly notó su tristeza, se acercó a él:

"Luca, te veo un poco apagado. ¿Qué te pasa?" - le preguntó suavemente.

"No puedo adivinar mi animal, y siento que no soy bueno en esto."

La educadora sonrió y se agachó a su altura:

"Luca, recuerda que lo más importante es participar y divertirse. No se trata de ganar o perder, sino de disfrutar el momento. Estoy segura de que vas a adivinarlo pronto."

"¿Crees?" - preguntó él, sintiéndose un poco mejor.

"¡Por supuesto! Y si no puedes, eso también está bien. Lo intentaste, y eso ya es algo maravilloso."

Motivado por las palabras de Laly, Luca volvió al juego, y al final, logró adivinar que era un tigre.

"¡Lo hice! Soy un tigre!" - exclamó, orgulloso.

Cuando llegó el momento del recreo, todos salieron al patio y comenzaron a jugar juntos. Mientras jugaban, se dieron cuenta de que incluso los que eran nuevos, como Valentina, podían integrarse y hacer nuevos amigos. Se formaron equipos de fútbol, y después de varias risas, invitaron a Valentina a unirse a ellos.

"¿Te gustaría ser parte de nuestro equipo?" - le preguntó Tomás, con una sonrisa.

"¡Sí, claro!" respondió ella, con una sonrisa radiante.

El día pasó volando, y al final de la jornada, los niños estaban cansados pero felices.

"Hoy fue increíble, ¿no?" - dijo Sofía.

- “¡Sí! ¡No puedo esperar a mañana!" - contestaron todos juntos.

Laly, que había estado observando desde un costado, sintió una gran satisfacción al ver cómo los niños se habían conectado y hecho nuevos amigos.

"Recuerden, en el aula Estrella Amarilla siempre seremos como una familia. ¡Y mañana comenzaremos a trabajar en nuestro proyecto especial!".

Los niños miraron a Laly con curiosidad.

"¿Qué proyecto?" - preguntó Luca.

"¡Eso lo descubrirán mañana!" respondió Laly con una sonrisa misteriosa.

Así se despidieron, listos para un nuevo día lleno de sorpresas y amistad en el aula Estrella Amarilla.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!