El primer día en el gimnasio



Azul estaba muy emocionada por su primer día de práctica de gimnasia artística. Había estado esperando este momento durante semanas y finalmente había llegado el gran día.

Cuando llegó al gimnasio, se encontró con sus amigas Cata y Mia, quienes también estaban ansiosas por comenzar. Juntas, las tres chicas entraron en la sala de entrenamiento y se unieron a los demás niños que ya estaban allí.

La entrenadora les dio la bienvenida y les explicó lo que iban a hacer ese día. Azul estaba un poco nerviosa al principio, pero pronto se sintió más cómoda cuando vio a sus amigas haciendo los mismos ejercicios que ella.

"¡Vamos chicas! ¡Todos juntos!", dijo la entrenadora mientras comenzaba a enseñarles una rutina básica. Azul seguía intentando hacerlo bien, pero parecía no poder mantener el equilibrio en algunos movimientos. Se sentía frustrada consigo misma porque no podía hacerlo tan bien como las otras niñas.

Cata notó cómo se sentía Azul e intentó animarla:"No te preocupes Azul, todos empezamos desde cero alguna vez", le dijo Cata sonriendo. Mia también intervino para ayudar:"Además, nadie espera que seas perfecta desde el principio.

"Las palabras de sus amigas ayudaron mucho a Azul y decidió seguir intentándolo. A medida que avanzaba la hora del entrenamiento, cada vez se sentía más confiada y segura de sí misma.

Finalmente llegó el momento en que tenían que presentar su rutina frente a todos los padres que habían venido a verlos practicar. Azul estaba un poco nerviosa, pero también emocionada por mostrar lo que había aprendido. Cuando llegó su turno de presentar, hizo la rutina con confianza y gracia.

Los padres aplaudieron y Azul se sintió muy orgullosa de sí misma. En ese momento, la entrenadora se acercó a ella y le dijo:"Azul, hiciste un gran trabajo hoy. No importa cuánto tiempo te tome aprender algo, siempre puedes hacerlo si sigues intentándolo.

"Azul sonrió felizmente al escuchar esas palabras porque sabía que sus amigas tenían razón: no tiene que ser perfecta para ser buena en algo. Desde ese día, Azul continuó practicando gimnasia artística con Cata y Mia.

Juntas aprendieron nuevos movimientos y mejoraron cada vez más en sus habilidades. Y aunque a veces todavía tenía dificultades para mantener el equilibrio, Azul nunca dejó de intentarlo porque sabía que podía lograr cualquier cosa si seguía practicando duro y manteniendo una actitud positiva.

FIN.

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