El príncipe bueno


En un lejano reino, vivía un príncipe llamado Federico. A diferencia de otros príncipes, Federico siempre se preocupaba por el bienestar de su pueblo. Un día, una terrible sequía azotó al reino, dejando al pueblo sin agua ni alimentos.

El príncipe, conmovido por la situación, decidió buscar una solución. - ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi pueblo? - se preguntaba Federico, preocupado. Tras meditarlo, decidió ir en busca del legendario manantial de agua eterna.

Durante su travesía, el príncipe enfrentó peligros y desafíos, pero nunca perdió la esperanza. Finalmente, llegó al manantial y trajo agua de vuelta al reino, salvando a su pueblo de la sequía.

El gesto generoso del príncipe inspiró a todos, quienes aprendieron la importancia de la solidaridad y el valor de ayudarse mutuamente en momentos difíciles. Desde entonces, el reino prosperó gracias a la bondad y valentía del príncipe Federico.

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