El Príncipe de la Bondad y el Don Especial


Había una vez en un reino lejano, un príncipe llamado Mateo. Mateo era conocido por su gran corazón y su bondad hacia todos los habitantes del reino.

Siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesitara y a hacer el bien sin esperar nada a cambio. Un día, mientras paseaba por el bosque encantado que rodeaba el castillo, Mateo escuchó un llanto proveniente de un arbusto cercano.

Al acercarse, descubrió a una pequeña hada atrapada entre las ramas. "¡Oh, noble príncipe! ¡Por favor, ayúdame a salir de aquí!", suplicó el hada con voz temblorosa. Mateo no dudó ni un segundo y con cuidado liberó al hada de su prisión vegetal.

Agradecida, el hada le dijo:"Querido príncipe Mateo, como muestra de mi gratitud te concederé un deseo. Pide lo que tu corazón más anhele y se cumplirá.

"Mateo pensó por un momento y luego respondió con humildad:"Quisiera tener la capacidad de hacer felices a todas las personas del reino. "El hada sonrió ante tan noble deseo y le concedió su don especial.

Desde ese día en adelante, cada vez que el príncipe Mateo hablaba con alguien o hacía una buena acción, lograba llenar sus corazones de alegría y amor. Con su nueva habilidad, el príncipe Mateo recorrió todo el reino llevando felicidad a cada rincón.

Ayudaba a los campesinos en sus tareas diarias, animaba a los niños tristes con cuentos divertidos y reconfortaba a los ancianos con palabras sabias. Pero un día llegó al pueblo una malvada bruja que había escuchado sobre el poder del príncipe Mateo.

Decidida a robarle su don especial para sí misma, la bruja ideó un plan para engañarlo. Se presentó ante él como una dulce anciana indefensa y le pidió ayuda para cruzar un puente muy angosto sobre un río caudaloso. Sin sospechar nada malicioso, Mateo se ofreció gentilmente para llevarla al otro lado.

Sin embargo, cuando estaban en medio del puente, la bruja reveló su verdadera identidad y lanzó una maldición sobre el príncipe Mateo para robarle su poder.

Aterrado por lo que acababa de ocurrir, Mateo sintió cómo poco a poco iba perdiendo la capacidad de hacer feliz a los demás. Pero entonces recordó algo importante: la verdadera felicidad no venía de afuera sino desde adentro.

Con valentía enfrentó a la bruja y le dijo:"Aunque me hayas quitado mi don especial, nunca podrás arrebatarme mi bondad ni mi amor por este reino. "La bruja quedó sorprendida por las palabras del príncipe e impactada por su fuerza interior.

Conmovida por su nobleza decidiendo devolverle su don especial antes de partir del reino para siempre. Desde ese día en adelante, el príncipe Mateo siguió llevando alegría y amor a todos los habitantes del reino gracias no solo al poder otorgado por el hada sino también gracias a la grandeza de su propio corazón.

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