El Príncipe de la Felicidad y la Aventura del Bosque Inundado
En el pequeño pueblo de Arcoiris, donde siempre brilla el sol y los colores nunca se apagan, un grupo de amigos decidieron explorar el bosque que se encontraba al borde del pueblo. Los alumnos de la escuela primaria, un grupo feliz y curioso, se llamaban Valentina, Lucas, Mia y Tomi. Un día, mientras exploraban, notaron que el cielo se nubló repentinamente y empezaron a caer gotitas de lluvia.
"¿Qué hacemos?" - preguntó Valentina, mientras miraba al cielo.
"No se preocupen, solo será una lluvia rápida" - respondió Tomi, intentando tranquilizarlos.
Sin embargo, la lluvia se convirtió en una fuerte tormenta que hizo que el río, que pasaba cerca del bosque, comenzara a desbordarse. En cuestión de minutos, el hermoso bosque que tanto amaban se transformó en un entorno inundado.
Los amigos encontraron un pequeño refugio en un árbol grande.
"¿Qué pasará con nuestros animales del bosque?" - se preocupó Mia, llena de ansiedad.
"Debemos hacer algo. No podemos dejar que se ahoguen" - exclamó Lucas, decidido.
Y mientras la lluvia seguía cayendo, una figura mágica apareció entre la neblina. Era el Príncipe de la Felicidad, con su capa brillante y una sonrisa resplandeciente.
"No se alarmen, jóvenes exploradores. La lluvia es necesaria, pero no debemos olvidar a nuestros amigos animales" - dijo el príncipe con voz serena.
Los amigos se sintieron aliviados, pero a la vez cuestionaron:
"¿Qué podemos hacer, Príncipe?"
"Debemos trabajar juntos. Con cada acción positiva, atraerá la felicidad y la luz" - explicó el Príncipe.
El Príncipe de la Felicidad condujo a los niños hacia un camino en el que podían ayudar a los animales.
"Debemos construir un refugio para que los animales puedan estar a salvo" - sugirió Valentina.
Rápidamente, los amigos buscaron ramas y hojas. Con la guía del príncipe, comenzaron a crear varios refugios. Juntos, comenzaron a ver cómo los animales llegaban a su pequeño campamento, donde estaban a salvo de la lluvia.
"¡Hay un zorro!" - gritó Mia emocionada.
"¡Y aquí vienen unos patitos!" - añadió Lucas.
A medida que ayudaban a los animales, el cielo comenzó a despejarse. La tormenta amainaba y los rayos de sol comenzaron a asomarse de nuevo. En ese momento, el Príncipe de la Felicidad se acercó a los niños.
"Lo han hecho muy bien. Han ayudado a sus amigos y han trabajado juntos. Esa es la clave de la felicidad" - les dijo el Príncipe.
Ellos, sintiéndose orgullosos, respondieron:
"¡Gracias, Príncipe! Ahora entendemos que la felicidad no solo se trata de uno mismo, sino también de ayudar a los demás".
Y así, los alumnos regresaron al pueblo, sintiéndose muy felices. Compartieron la historia de su aventura en el bosque y enseñaron a todos la importancia de trabajar en equipo y cuidar a la naturaleza.
El Príncipe de la Felicidad se despidió con una sonrisa, prometiendo que siempre estaría allí para recordarle a cada uno que la verdadera felicidad se encuentra en ayudar y compartir con los demás.
Desde ese día, cada vez que llovía, los amigos del pueblo miraban al sky gris y se sonreían, recordando su gran aventura y siempre dispuestos a ayudar a quien lo necesitara.
FIN.