El Príncipe del Bosque Tenebroso



Había una vez, en un reino rodeado por un misterioso bosque tenebroso, una pequeña niña llamada Lila. Lila era curiosa y valiente, y siempre había escuchado historias sobre un príncipe que vivía en el corazón de ese bosque. Se decía que era un príncipe solitario, condenado a vivir en la oscuridad, y que su único deseo era encontrar la luz y la amistad de un corazón puro.

Un día, mientras Lila jugaba cerca del límite del bosque, removió unas hojas caídas y encontró un antiguo mapa dibujado con tintas doradas. Su corazón latió con fuerza al notar que el mapa señalaba la ubicación de la cabaña del príncipe.

- “¡Mamá, mira lo que encontré! ”, exclamó emocionada Lila.

- “¡Eso parece un mapa! Pero el bosque es peligroso, Lila. Ten cuidado”, le advirtió su madre.

Pero la curiosidad de Lila fue más fuerte que el miedo. Esa misma tarde, se armó de valor, cruzó la frontera del bosque y se adentró en sus profundidades. Mientras caminaba, los árboles se cerraban a su alrededor, y la luz del sol desaparecía poco a poco.

De repente, encontró un camino iluminado por luciérnagas. Siguió ese sendero brillante y, para su sorpresa, llegó a una pequeña cabaña. Tocó la puerta y, al abrirse, se encontró frente a un joven príncipe con una expresión triste en su rostro.

- “Hola, soy Lila”, dijo con valentía. “He venido a conocerte.”

El príncipe, sorprendido por la visita, hizo una reverencia tímida.

- “Soy el príncipe Alaric. Nadie había cruzado el bosque para visitarme.”

Lila decidió quedarse un rato y charlar con él. Hablaron sobre sueños, aventuras y la vida fuera del bosque. Alaric le contó que había quedado atrapado en un encantamiento, y que solo la risa de una niña pura de corazón podría romperlo.

- “Pero… ¿cómo se rompe el encantamiento? ” preguntó Lila curiosa.

- “Necesito que me cuentes algo divertido o alegre. Solo un verdadero momento de alegría puede romperlo”, explicó Alaric.

Lila pensó en todos los chistes que había escuchado, pero ninguno parecía lo suficientemente divertido. De repente, recordando a su amiga Clara que hacía reír a todos con sus payasadas, Lila comenzó a imitar a un pato. Hizo movimientos exagerados y sonidos adorables. Alaric comenzó a reírse, una risa profunda que resonaba en todo el bosque.

Justo cuando la risa del príncipe llenaba el aire, escucharon un retumbar. Todo el bosque tembló, y brillantes luces comenzaron a surgir de entre los árboles. Lila paró su imitación y observó con asombro.

- “¿Qué está pasando? ” dijo Lila.

- “¡Es la magia del bosque! ” gritó Alaric, riendo aún.

De pronto, la oscuridad del bosque se iluminó, y el encantamiento comenzó a desvanecerse. Los árboles, que antes parecían amenazantes, comenzaron a florecer y llenarse de colores.

- “¡Lo lograste, Lila! ¡Tu risa ha roto el encantamiento! ” exclamó el príncipe.

A partir de ese día, Alaric no solo se convirtió en amigo de Lila, sino que también aprendió que la alegría y la amistad pueden disolver hasta los hechizos más oscuros. Cada vez que Lila lo visitaba, compartían risas y aventuras, creando un puente de luz entre el bosque tenebroso y el reino.

Con el tiempo, Lila y Alaric decidieron organizar jornadas de alegría en el bosque. Invitaron a los niños del pueblo a unirse a ellos, y juntos, llenaron el bosque de juegos y risas, haciendo que la oscuridad se esfumara por completo. Así, el bosque tenebroso se convirtió en un lugar de diversión, amistad y luz.

Y así, la pequeña Lila no solo encontró un príncipe, sino que también transformó un lugar de soledad en un rincón mágico donde todos eran bienvenidos. En el bosque, no solo se escuchaban risas, sino también la promesa de nuevas aventuras por venir.

Y cuando la gente preguntaba, Lila respondía con una sonrisa:

- “¡No hay nada que el poder de la risa y la amistad no pueda lograr! ”

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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