El Príncipe Liberado


Había una vez en un reino lejano un joven llamado Lucas, quien creía que su vida estaba destinada a ser como la de un esclavo. Trabajaba en los campos día y noche, soportando las órdenes crueles de su amo.

Un día, mientras trabajaba bajo el ardiente sol, un misterioso anciano apareció ante él. - ¡Hola, joven Lucas! - saludó el anciano con una voz suave. - ¿Quién eres? - preguntó Lucas, sorprendido por la presencia del anciano.

- Soy el mensajero del Rey, y te traigo buenas nuevas. ¡Eres hijo del Dios altísimo, y estás destinado a ser un príncipe en su Reino! - respondió el anciano con una sonrisa reconfortante. Lucas no podía creer lo que estaba escuchando.

El anciano le contó historias de un reino maravilloso donde reinaba la abundancia, la libertad y el amor incondicional. Después de escuchar las palabras del anciano, Lucas comenzó a creer en su verdadera identidad.

Decidió tomar el camino hacia el reino del Dios altísimo. En su viaje, se encontró con numerosos desafíos y tentaciones, pero cada vez que estaba a punto de rendirse, recordaba las palabras del anciano y continuaba adelante.

Finalmente, llegó al reino y fue recibido con alegría y celebración. Fue vestido con ropas reales y le dieron un anillo que simbolizaba su autoridad como príncipe del Reino. A partir de ese momento, Lucas vivió como un verdadero príncipe, compartiendo la bondad y generosidad que había recibido.

Se convirtió en un ejemplo para otros que aún no habían descubierto su verdadera identidad como hijos del Dios altísimo. Y así, Lucas vivió feliz para siempre, recordando siempre que ya no era un esclavo, sino un príncipe liberado. -

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