El Príncipe Mateo y la Belleza del Mundo



En un reino lejano, en lo alto de una torre que se alzaba hacia el cielo, vivía un joven príncipe llamado Mateo.

Desde pequeño, Mateo había sentido un miedo profundo a salir de la torre y conocer el mundo exterior. Temía que su corazón puro pudiera ser lastimado por las malas intenciones de quienes habitaban más allá de sus paredes.

Por años, Mateo había vivido en soledad, dedicando sus días a leer libros y contemplar el paisaje desde la ventana de su torre. Pero un día, todo cambió cuando escuchó una melodía dulce que provenía del jardín del castillo.

Intrigado, se acercó a la ventana y vio a una bella dama con cabellos dorados bailando entre las flores. Fascinado por su belleza y gracia, Mateo decidió bajar a la tierra por primera vez en mucho tiempo.

Con paso tembloroso pero decidido, descendió por las escaleras de caracol hasta llegar al jardín donde se encontraba la joven dama. Al verlo aparecer, la dama sonrió con ternura y extendió su mano hacia él. "-Hola, soy Valentina. ¿Cómo te llamas?", preguntó con voz suave.

Mateo sintió el calor de esa sonrisa y la amabilidad en sus ojos azules. "-Soy Mateo", respondió tímidamente. Valentina notó el miedo en los ojos del príncipe y decidió demostrarle que no todos los corazones eran oscuros como él temía.

Juntos pasaron horas conversando bajo la luz del sol, compartiendo historias y risas. Con cada día que pasaba junto a Valentina, Mateo sentía cómo su corazón se llenaba de alegría y confianza.

Aprendió que el mundo no era solo peligroso sino también maravilloso; descubrió la bondad en las personas y la belleza en las pequeñas cosas. Poco a poco, Mateo dejó atrás sus miedos e inseguridades gracias al amor y apoyo incondicional de Valentina.

Juntos exploraron los rincones más bellos del reino, ayudando a quienes lo necesitaban y construyendo recuerdos inolvidables. Finalmente, llegó el día en que Mateo comprendió que su lugar ya no estaba encerrado en aquella torre alta.

Con valentía y gratitud hacia Valentina por haberle mostrado el verdadero significado del amor y la amistad, decidió abrir las puertas de su corazón al mundo entero.

Y así fue como el príncipe Mateo abandonó definitivamente su prisión emocional para convertirse en un líder sabio y compasivo para su pueblo; siempre recordando con cariño a aquella bella dama que le enseñó a volar libremente sobre los cielos azules de la vida.

FIN.

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