El profe Cacho y el torneo anual



Había una vez una niña llamada Julia, a la que le encantaba jugar al tenis. Todos los días iba a entrenar con su equipo y siempre se esforzaba al máximo para mejorar.

Un día, mientras esperaba a su entrenador en la cancha de tenis, vio llegar a un hombre alto y fuerte. Se acercó a ella y le dijo: "Hola, soy el profe Cacho.

¿Estás lista para jugar?"Julia estaba emocionada por tener un nuevo entrenador y comenzaron a jugar juntos. Pero pronto descubrió que el profe Cacho no era como sus otros entrenadores. Él no la felicitaba cuando hacía algo bien o le daba consejos para mejorar.

En cambio, él se enfocaba en lo que ella hacía mal y siempre la criticaba por ello. Julia comenzó a sentirse desanimada y triste cada vez que iba a practicar con él.

Un día, después de una práctica particularmente difícil, Julia decidió hablar con el profe Cacho sobre cómo se sentía. Le explicó que necesitaba más ánimo y motivación para poder seguir mejorando en el tenis.

El profe Cacho escuchó atentamente lo que tenía que decirle Julia y comprendió lo importante que era darle ánimo en lugar de solo criticarla todo el tiempo. A partir de ese momento, comenzó a motivarla durante las prácticas e incluso le enseñó algunos trucos nuevos para mejorar su juego.

Julia comenzó a disfrutar del tenis nuevamente gracias al apoyo del profe Cacho. Juntos trabajaron duro todos los días hasta que llegó el gran torneo anual de tenis. Julia estaba nerviosa, pero sabía que con el apoyo del profe Cacho podía hacerlo.

Durante el torneo, Julia jugó increíblemente bien y llegó a la final. Fue una gran sorpresa para todos los espectadores, pero especialmente para el profe Cacho, quien estaba muy orgulloso de ella.

Al final del día, Julia se acercó al profe Cacho y le dijo: "Gracias por creer en mí y ayudarme a ser mejor. No podría haberlo logrado sin ti". El profe Cacho sonrió y respondió: "Siempre estaré aquí para apoyarte en lo que necesites.

Eres una gran tenista y estoy seguro de que llegarás muy lejos". Desde ese día, Julia nunca olvidaría lo importante que era tener un entrenador que la motivara y le diera ánimos en lugar de solo criticarla todo el tiempo.

Y gracias al profe Cacho, se convirtió en una gran tenista y siempre recordaría su enseñanza: nunca pierdas la motivación ni la confianza en ti mismo.

FIN.

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