El profesor hormiga



Había una vez un profesor de química llamado Pedro, a quien le encantaba experimentar en su laboratorio. Un día, mientras mezclaba diferentes sustancias, accidentalmente inhaló el vapor de una extraña fórmula que lo hizo encoger hasta tener el tamaño de una hormiga. Asustado, Pedro se dio cuenta de que podía entender el lenguaje de las hormigas y, para su sorpresa, ¡ellas podían entenderlo a él! Las hormigas lo llevaron a su hormiguero, donde descubrió un increíble imperio subterráneo.

Pedro se maravilló al ver cómo las hormigas trabajaban juntas para cuidar a su reina, recolectar comida y defender su territorio. Inspirado por la increíble organización de las hormigas, Pedro decidió ayudarlas. Con su conocimiento en química, ideó un plan para proteger el hormiguero de posibles amenazas. "Hormiguitas, puedo crear una sustancia que las ayudará a repeler a los insectos que intenten invadir su hogar", les explicó Pedro a las hormigas, quienes asintieron emocionadas.

Con la ayuda de sus nuevas amigas, Pedro recolectó diferentes ingredientes del jardín para preparar la sustancia. Trabajaron arduamente, y finalmente, lograron crear una poderosa mezcla que las hormigas podrían esparcir alrededor de su hogar. Las hormigas, agradecidas, extendieron la fórmula por todo el hormiguero.

Por fortuna, la fórmula también tenía un efecto secundario: al exponerse nuevamente a sus vapores, Pedro volvió lentamente a su tamaño normal. Las hormigas lo vitorearon y celebraron, agradecidas por su valiosa ayuda. Pedro comprendió que, aunque era más grande que las hormigas, juntos podían lograr grandes cosas mediante el trabajo en equipo y el conocimiento. Desde ese día, Pedro enseñó a sus alumnos la importancia de trabajar en armonía, valorar a todos los seres vivos y el increíble mundo de la química.

Y así, el profesor Pedro y las hormigas demostraron que, sin importar el tamaño, todos podemos marcar la diferencia cuando trabajamos juntos en equipo.

FIN.

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