El propósito amable de Zombito



Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivían personas amables y trabajadoras. Sin embargo, en ese lugar también existía un secreto oscuro: había un zombie que deambulaba por las noches buscando sangre.

Este zombie se llamaba Zombito y a pesar de su aspecto aterrador, en realidad tenía buen corazón. Lo que nadie sabía era que Zombito no podía controlar sus instintos y necesitaba beber sangre para mantenerse vivo.

Siempre se sentía culpable después de cada noche de caza, pero no sabía cómo solucionarlo. Un día, mientras paseaba por el bosque cerca del pueblo, Zombito escuchó llorar a alguien. Siguiendo el sonido llegó hasta una pequeña niña llamada Lucía.

Tenía lágrimas en los ojos y parecía muy triste. - ¿Qué te pasa, Lucía? -preguntó Zombito con preocupación. - Mi mamá está enferma y necesita una transfusión de sangre urgente -respondió la niña-.

Pero no hay donantes compatibles en el pueblo y ella empeora cada día. Zombito sintió compasión hacia Lucía y su madre. Sabiendo lo importante que era la sangre para la vida humana, tuvo una idea brillante. - ¡Lucía! Tengo algo importante que contarte -dijo Zombito emocionado-.

Yo puedo ayudar a tu mamá con mi sangre. La niña miró al zombie sin comprender del todo lo que decía. Los zombies siempre habían sido vistos como criaturas peligrosas e inhumanas.

Pero algo le dijo a Lucía que podía confiar en Zombito. - ¿De verdad, Zombito? -preguntó con esperanza-. ¿Puedes donar sangre a mi mamá? Zombito asintió y guió a Lucía hasta la casa de su madre.

Allí se encontraron con el doctor del pueblo, quien estaba sorprendido al ver a un zombie tan amable y dispuesto a ayudar. El doctor hizo las pruebas necesarias para asegurarse de que la sangre de Zombito era compatible con la de la mamá de Lucía.

Para sorpresa de todos, resultó ser una combinación perfecta. Después de una exitosa transfusión, la mamá de Lucía empezó a recuperarse rápidamente. Todos en el pueblo estaban asombrados por el noble gesto de Zombito y comenzaron a verlo como alguien especial.

A partir de ese día, Zombito decidió dedicar su vida a ayudar a los demás.

Ya no necesitaba beber sangre para sobrevivir gracias a un invento mágico creado por el doctor: unas píldoras especiales que le daban energía sin hacerle daño a nadie. Zombito se convirtió en un héroe local y cada vez más personas acudían a él cuando necesitaban ayuda. Aprendieron que no debemos juzgar por las apariencias y que todos tenemos algo bueno dentro de nosotros.

Y así fue como Villa Esperanza se transformó en un lugar lleno de esperanza y solidaridad gracias al valiente acto del pequeño zombie llamado Zombito.

FIN.

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