El propósito de Margarita
Había una vez en el hermoso pueblo de Zacapoaxtla, una pequeña flor llamada Margarita. Era conocida como la más bella de todo el lugar debido a sus pétalos blancos y brillantes.
Todos los habitantes del pueblo se maravillaban al verla y siempre la cuidaban con mucho cariño. Un día, Margarita estaba triste porque sentía que no tenía un propósito en la vida más allá de ser admirada.
Se preguntaba si había algo más que pudiera hacer para ayudar a las personas del pueblo. Decidió aventurarse por los alrededores en busca de respuestas. Mientras caminaba por el campo, Margarita encontró a un grupo de abejas trabajando incansablemente para recolectar néctar de las flores cercanas.
Curiosa, se acercó y les preguntó: "¿Qué hacen ustedes?"Una abeja respondió: "Nosotras somos abejas obreras, llevamos el néctar a nuestra colmena para hacer miel".
Margarita se emocionó al escuchar eso y le dijo a las abejas: "¡Yo también quiero ayudar! ¿Puedo unirme a ustedes?". Las abejas dudaron al principio, ya que nunca habían tenido una flor como compañera de trabajo. Pero después de pensar en ello, decidieron darle una oportunidad. Así comenzaron las aventuras laborales de Margarita.
Ella trabajaba duro todos los días junto con las abejas recolectando néctar y polen para llevarlo a la colmena. Las demás flores del campo estaban realmente sorprendidas al ver cómo Margarita se había convertido en una abeja más.
Un día, mientras Margarita y las abejas estaban trabajando, un fuerte viento sopló y derribó un árbol cercano. El camino de regreso a la colmena estaba bloqueado por los escombros.
"¡Oh no! ¿Cómo volveremos a casa ahora?" - preguntó preocupada Margarita. Las abejas pensaron rápidamente y decidieron hacer una cadena con sus cuerpos para que Margarita pudiera caminar sobre ellas y cruzar el obstáculo. Fue un acto de valentía increíble por parte de las pequeñas abejas.
Margarita estaba realmente asombrada por lo que habían hecho las abejas por ella. A partir de ese momento, supo que su propósito era ayudar a los demás, incluso si eso significaba enfrentarse a dificultades o salir de su zona de confort.
Finalmente, lograron llegar a la colmena sanas y salvas. Las demás abejas celebraron su regreso triunfal y le dieron las gracias a Margarita por haber sido tan valiente.
Desde ese día, Margarita siguió trabajando junto a las abejas para recolectar néctar y polen. Pero ahora también se dedicaba a inspirar a otras flores del campo para encontrar su propio propósito en la vida.
La historia de la flor más bella de Zacapoaxtla se convirtió en una leyenda que inspiraba a todos los habitantes del pueblo. Aprendieron que cada uno tiene algo especial dentro de sí mismo y que pueden hacer grandes cosas si tienen confianza en sí mismos y están dispuestos a ayudarse mutuamente.
Y así, Margarita demostró que no es necesario ser el centro de atención para tener un propósito en la vida. Lo importante es encontrar nuestra propia forma de contribuir al bienestar de los demás y hacer del mundo un lugar mejor. Fin.
FIN.