El protector de los monos
Había una vez un niño llamado Simón que vivía en una pequeña casa rodeada de árboles frutales. Desde muy pequeño, Simón había mostrado gran interés por los animales, pero sobre todo por los monos.
Un día, mientras Simón jugaba en el jardín, vio a un mono colgando de las ramas de un árbol cercano. El niño se acercó con mucho cuidado y el mono lo miró fijamente a los ojos. - Hola amigo -dijo Simón con una sonrisa-.
Me llamo Simón y me encantan los monos. El mono respondió con un gesto amistoso y comenzó a jugar con el niño. La tarde pasó volando entre risas y juegos, hasta que llegó la hora de despedirse.
- Adiós amigo -dijo Simón alzando la mano hacia el mono-. Espero verte pronto otra vez. A partir de ese día, Simón visitaba todos los días al mono en su árbol favorito.
Juntos exploraban el bosque y hacían travesuras sin parar. Pero lo que más le gustaba a Simón era ver cómo el mono se movía con tanta agilidad entre las ramas del árbol. Un día, mientras paseaban por el bosque, escucharon unos gritos desesperados.
Era una familia de monos que había quedado atrapada en una red tendida por cazadores furtivos. - Tenemos que ayudarlos -dijo Simón decidido-. No podemos dejarlos ahí atrapados. Junto con su amigo mono, idearon un plan para liberar a los animales.
Con mucha astucia y habilidad, lograron cortar la red y liberar a los monos atrapados. Todos juntos celebraron su victoria con saltos y gritos de alegría. - Gracias Simón -dijo el mono-.
Eres un gran amigo para nosotros. Desde ese día, Simón se convirtió en el protector de los monos del bosque. Con su astucia e inteligencia, evitó que los cazadores furtivos volvieran a atraparlos.
La historia de Simón se corrió por todo el bosque, y pronto otros niños se sumaron a la causa. Juntos formaron un grupo de defensa animal llamado "Los Amigos del Bosque", cuya misión era proteger a todos los animales del lugar.
Simón aprendió que no hay nada más valioso que la amistad verdadera, y que cuando luchamos por una causa noble podemos hacer grandes cosas. Y así continuó viviendo feliz rodeado de sus amigos monos en el bosque mágico donde todo es posible.
FIN.