El Protector del Bosque



Había una vez un nene llamado Tomás, quien amaba explorar el bosque cercano a su casa. Un día, decidió ir más allá de lo que solía hacer y aventurarse en las partes más profundas del bosque.

Mientras caminaba, se topó con un pequeño arroyo. Al acercarse para verlo mejor, notó que había muchas hojas y ramitas flotando en el agua.

Tomás se dio cuenta de que esto no era bueno para la vida silvestre del arroyo, así que comenzó a reagarrar todas las hojas y ramitas que pudo encontrar. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de él. Se dio vuelta y vio a una ardilla saltando de árbol en árbol.

La ardilla parecía estar jugando con él, así que Tomás decidió seguirla. La ardilla lo llevó a un claro donde había muchos animales diferentes: ciervos, conejos e incluso aves exóticas.

Todos ellos estaban bebiendo agua del mismo arroyo al que Tomás acababa de limpiar. "¡Hola!"- saludó Tomás tímidamente. Los animales se asustaron al principio pero luego se sintieron cómodos con él.

Tomás les preguntó cómo podía ayudarlos y los animales le explicaron sobre los peligros del bosque: cazadores furtivos, trampas mortales para animales salvajes y la contaminación humana. "¿Qué puedo hacer yo?"- preguntó Tomás. "Puedes ser nuestro protector"- dijo el ciervo. "Pero soy solo un niño" - respondió Tomás. "No importa la edad, lo importante es tu compromiso"- dijo el conejo.

Tomás entendió que podía hacer una gran diferencia en el bosque y se comprometió a protegerlo de cualquier manera posible. A partir de ese día, visitaba regularmente los animales del claro y les preguntaba si necesitaban ayuda.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Tomás encontró un cazador furtivo que estaba tratando de atrapar a un ciervo. Tomás recordó su promesa de proteger el bosque y rápidamente llamó a las autoridades para reportar al cazador.

Gracias a su rápida acción, pudo salvar al ciervo. Desde entonces, Tomás se convirtió en un defensor del medio ambiente y enseñó a otros niños cómo cuidar la naturaleza.

Y así, gracias a su valentía e iniciativa, inspiró a muchos otros niños como él para seguir sus pasos. El bosque y sus habitantes estaban felices porque tenían alguien que los protegía y cuidaba.

Y colorín colorado este cuento ha terminado con una lección muy valiosa: todos podemos ser guardianes del medio ambiente sin importar nuestra edad o tamaño.

FIN.

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