El proyecto de ciencia de Jesús



Erase una vez en un pequeño pueblo, vivía un niño muy estudioso llamado Jesús. Se acercaba su cumpleaños y, aunque estaba emocionado, también se sentía preocupado por un proyecto de ciencia que tenía que entregar en la escuela.

Jesús pasaba horas pensando en qué podrían ser su tema o su experimento. Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con su amiga Ana, quien notó la preocupación en su rostro. -

¿Qué te pasa, Jesús? - preguntó Ana.

-

Estoy preocupado por el proyecto de ciencia. No tengo idea de qué hacer y la entrega se acerca cada vez más - respondió Jesús con un tono de desánimo.

Ana sonrió y le dijo: -

No te preocupes, ¡vamos a encontrar una solución juntos! Los dos amigos se sentaron en un banco del parque y comenzaron a pensar en posibles temas para el proyecto. De repente, a lo lejos, escucharon a un grupo de niños emocionados por una exhibición de aviones de papel.

Jesús y Ana se miraron y supieron al instante cuál sería su proyecto. Esa misma tarde, se pusieron manos a la obra. Investigaron sobre la aerodinámica y los materiales más adecuados para construir un avión de papel que volara lejos.

Pasaron varias semanas probando y mejorando su diseño, y finalmente, lograron construir un avión que volaba más allá de lo que jamás hubieran imaginado.

En la presentación del proyecto en la escuela, Jesús y Ana explicaron todo el proceso y mostraron cómo habían aplicado los principios de la ciencia en la construcción de su avión. El proyecto fue un éxito, y Jesús comprendió que, con esfuerzo y creatividad, siempre se pueden superar los desafíos.

A partir de ese momento, Jesús nunca más dudó de su capacidad para enfrentar nuevos retos, y aprendió que siempre hay una solución, solo hay que buscarla con perseverancia y optimismo.

FIN.

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