El proyecto solidario de La Unión



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Armonía, donde la alegría y la solidaridad reinaban entre sus habitantes.

En este lugar, se encontraba la Escuela Primaria "La Unión", donde los estudiantes aprendían no solo matemáticas y ciencias, sino también valores como el respeto, la colaboración y la empatía. En el primer día de clases del año escolar, llegaron nuevos alumnos a quinto año de secundaria: Sofía, Martín y Valeria.

Eran tres jóvenes muy diferentes entre sí: Sofía era extrovertida y creativa, Martín era estudioso y responsable, y Valeria era tímida pero con un gran corazón. La directora de la escuela, la Sra. Rosa, los recibió con una cálida bienvenida en el patio central.

Les explicó que en "La Unión" valoraban mucho el trabajo en equipo y el bien común. Les contó sobre un desafío especial que tenían para ese año: debían crear juntos un proyecto que beneficiara a toda la comunidad.

Los tres estudiantes se emocionaron ante la idea y comenzaron a pensar en posibles proyectos.

Sofía sugirió organizar una campaña de reciclaje para cuidar el medio ambiente, Martín propuso construir un huerto escolar para aprender sobre agricultura sostenible, y Valeria propuso ayudar a los ancianos del pueblo con tareas cotidianas.

Decidieron combinar las tres ideas en un único proyecto: crear un programa de reciclaje en la escuela que involucrara a los estudiantes en la recolección de materiales reciclables para luego utilizarlos en el huerto escolar; además, visitarían regularmente a los ancianos para brindarles compañía y ayuda. Durante semanas trabajaron arduamente juntos: planificando estrategias, dividiendo tareas y cooperando para alcanzar su objetivo común.

Aprendieron sobre separación de residuos, técnicas de cultivo orgánico e historias de vida de las personas mayores del pueblo. Finalmente, llegó el día de presentar su proyecto ante toda la comunidad. La plaza central se llenó de vecinos ansiosos por conocer lo que estos jóvenes habían logrado.

Con orgullo y emoción compartieron cada detalle de su iniciativa. El aplauso fue atronador al finalizar su presentación. Los vecinos felicitaron a Sofía, Martín y Valeria por su dedicación e ingenio al buscar el bien común para todos.

La Sra. Rosa les entregó medallas como reconocimiento por su esfuerzo conjunto.

Desde ese día en adelante, "La Unión" se convirtió en ejemplo de cómo trabajar juntos por un objetivo mayor puede traer beneficios no solo para uno mismo sino también para toda una comunidad. Y así termina esta historia inspiradora sobre cómo tres jóvenes descubrieron que buscando el bien común y desarrollando aprendizajes juntos pueden lograr grandes cosas.

¿Qué aventuras te esperan a ti cuando te comprometes con hacer del mundo un lugar mejor? ¡Adelante!

FIN.

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