El pueblo de la colaboración
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Panville, donde todos los habitantes vivían felices y contentos. En este lugar mágico, las cosas no eran lo que parecían a simple vista.
En el centro del pueblo se encontraba la panadería "El Rincón del Panadero", donde trabajaba don Pancho, un simpático panadero que siempre tenía una sonrisa en el rostro.
Don Pancho era famoso por hacer el pan más delicioso de todo el pueblo, con su receta secreta que había heredado de generación en generación. Un día, mientras don Pancho amasaba la masa para hacer sus famosos panes, entró corriendo don Floro, el dueño de la floristería "La Flor Perfumada".
Estaba muy preocupado porque sus flores no estaban creciendo como antes y pensó que quizás algo en el ambiente estaba afectando su negocio. "Don Pancho, ¡necesito su ayuda! Mis flores no están tan bonitas como solían ser.
¿Podría usted echarles un vistazo?", dijo don Floro con angustia en su voz. Don Pancho dejó de amasar por un momento y miró a don Floro con ternura. Sabía que debía ayudarlo de alguna manera.
Decidió ir a visitar al señor Zapatero, dueño de la zapatería "Zapatos Brillantes", quien era conocido por ser muy sabio y tener soluciones para todo. Al llegar a la zapatería, don Pancho le contó al señor Zapatero sobre el problema de las flores de don Floro.
El señor Zapatero reflexionó por un momento y luego dijo:"Creo saber qué está pasando. Creo que las flores necesitan estar en un florero especial para poder crecer adecuadamente".
Los tres amigos se dirigieron rápidamente a la tienda de cerámica "Flores en Barro" donde trabajaba doña Cerita, una experta alfarera que hacía los floreros más hermosos del pueblo. Al explicarle la situación, doña Cerita les mostró un florero único hecho con barro especial traído desde tierras lejanas.
"Este es el florero perfecto para tus flores, don Floro. Con él podrán crecer sanas y hermosas como nunca antes", dijo doña Cerita con una sonrisa.
Don Floro colocó todas sus flores en el nuevo florero y al cabo de unos días pudo ver cómo volvían a florecer más bellas y coloridas que nunca. Estaba tan emocionado y agradecido que decidió regalarle a cada uno un par de zapatos hechos especialmente por él.
Desde ese día, la panadería "El Rincón del Panadero", la floristería "La Flor Perfumada",la zapatería "Zapatos Brillantes" y la tienda de cerámica "Flores en Barro" se convirtieron en los lugares más populares del pueblo gracias a la colaboración entre sus dueños.
Y así fue como una simple cadena formada por panadero-panaderia-flor-florero-zapato-zapaterose transformaron en una historia llena de amistad, colaboración y amor por lo que hacen cada uno; recordándonos siempre lo importante que es trabajar juntos para lograr grandes cosas.
FIN.