El pueblo de las estrellas


Había una vez en un pequeño pueblo de la Argentina, un niño llamado Mateo. Desde que era muy chico, Mateo tenía una fascinación especial por las estrellas.

Pasaba horas mirando el cielo nocturno y soñando con tocar esas luces brillantes que adornaban la oscuridad. Un día, mientras caminaba por el campo cerca de su casa, Mateo vio una estrella fugaz cruzar el cielo. Sin dudarlo, levantó los brazos y extendió sus dedos hacia ella.

Para su sorpresa, la estrella descendió lentamente y aterrizó en la palma de su mano. -¡Wow! ¡Estoy tocando una estrella! -exclamó Mateo emocionado. La estrella empezó a brillar intensamente y de repente se transformó en un hada con alas resplandecientes.

-¡Hola, querido Mateo! Soy Estrellita, el hada de las estrellas. He venido para concederte un deseo como recompensa por tu amor hacia mi familia celestial -dijo el hada con voz melodiosa.

-¡Oh, qué increíble! Quisiera poder compartir la belleza de las estrellas con todos en mi pueblo -respondió Mateo sin dudarlo. Estrellita sonrió y agitó su varita mágica. En ese momento, todas las estrellas del cielo comenzaron a descender y aterrizar alrededor de Mateo.

Cada una se convertía en un objeto brillante y diferente: linternas mágicas que iluminaban la noche, faroles danzantes que cambiaban de color al compás de la música del viento, e incluso cometas que surcaban el firmamento dejando estelas luminosas a su paso.

Los habitantes del pueblo salieron de sus casas asombrados ante aquel espectáculo nunca antes visto. Todos se reunieron alrededor de Mateo para disfrutar juntos del regalo de las estrellas.

Desde ese día, Mateo se convirtió en el guardián de las estrellas en su pueblo. Cada noche salía al campo con Estrellita para crear nuevos juegos luminosos y llenar los corazones de todos con alegría y asombro.

Con el tiempo, la fama de "El niño que tocaba las estrellas" se extendió más allá del pueblo y personas de todas partes venían a presenciar sus maravillosos espectáculos nocturnos.

Y así, gracias al amor inquebrantable e inspirador de un niño por las maravillas del universo, todos aprendieron a valorar la belleza que nos rodea y a soñar en grande cada vez que miran hacia lo alto en busca del destello fugaz de una nueva aventura.

Dirección del Cuentito copiada!